9 de octubre de 2025
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OPINIÓN

Noventa días más de incertidumbre

Por su parte, durante los primeros cinco meses del año Estados Unidos registró el segundo mayor déficit comercial con México por 79,442 millones de dólares, sólo por debajo de los 101,963 millones de dólares que tuvo con China...

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Resulta difícil considerar que el anuncio que hicieron este jueves por la mañana la presidenta Sheinbaum y Donald Trump, que la entrada en vigor del incremento del arancel del 25 al 30% para los productos que no cumplan con las reglas de origen del TMEC se aplaza hasta el 30 de octubre, se pueda considerar un éxito para México porque la amenaza del aumento de ese arancel, así como el anuncio de otros gravámenes, sigue vigente. Y la consecuencia es que diversas decisiones de invertir y producir en territorio mexicano se siguen postergando o incluso abandonando.

A pesar de que México sigue siendo el principal proveedor de la economía estadounidense, las exportaciones mexicanas están sujetas a un arancel efectivo mayor al 18%, superior al 12% que pagan las exportaciones canadienses. Hasta principios de junio, los productos mexicanos representaron el 16.8% del total importado por Estados Unidos, seguido por Canadá (10.9%), China (7.4%), Taiwán (5.9%) y Vietnam (5.8%). Además, nuestro país sigue siendo el principal socio comercial de la Unión Americana, representando el 16.2% del comercio total de ese país, seguido de Canadá (12.5%) y China (5.9%).

Por su parte, durante los primeros cinco meses del año Estados Unidos registró el segundo mayor déficit comercial con México por 79,442 millones de dólares, sólo por debajo de los 101,963 millones de dólares que tuvo con China. Hay que destacar que el aumento en las importaciones chinas en Estados Unidos se debió en buena medida para evitar pagar el aumento de aranceles reciente, así como por ciertos rumores sobre posibles restricciones que el gobierno de Xi Jinping podría aplicar a las exportaciones de materias primas.

México sigue siendo uno de los países más castigados por los aranceles decretados por el gobierno de Trump. Las manufacturas mexicanas que no cumplen con las reglas de origen del TMEC –estimadas alrededor del 50% del total exportado por México a Estados Unidos– enfrentan un gravamen del 25%, los autos y autopartes otro del 25%, los productos de acero y aluminio otro 50% y a partir de este viernes, los productos de cobre, como los tubos, alambre, lámina, conectores, cables y ciertos conectores, otro 50%. Y a esta lista podemos agregar la cuota compensatoria que tienen que pagar los tomates, que en su mayoría es del 17%, aunque hay casos que rebasan el 200%.

Llamó la atención que en el mensaje publicado por Trump en Truth Social menciona que México accedió a “finalizar inmediatamente sus muchas barreras no arancelarias”, lo que fue ignorado por Sheinbaum y por el secretario Ebrard en sus declaraciones. La solución de estos problemas promovería el comercio y la inversión entre ambos países, pero le resta al gobierno mexicano fichas para negociar durante la revisión del TMEC, lo que haría que México tuviera que considerar hacer entonces concesiones que hoy no está listo a poner sobre la mesa.

Ningún funcionario ha aclarado a cuáles barreras no arancelarias se refiere el mensaje de Trump, aunque en el reporte publicado el 31 de marzo por la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos sobre las barreras que enfrentan los exportadores estadounidenses alrededor del mundo, se menciona una lista que incluye: la falta de tiempo suficiente para implementar los cambios aprobados por las autoridades comerciales mexicanas; los retrasos de la Cofepris para expedir permisos y licencias; las trabajas para el cultivo del algodón transgénico; la pasividad de las autoridades ante la piratería y el contrabando de una gran cantidad de productos; las restricciones a la inversión en diversos sectores y en particular en el energético; la opacidad en el control del litio; y las condiciones monopólicas en el sector de telecomunicaciones, teniendo que enfrentar empresas que han sido designadas como agentes económicos preponderantes.

Finalmente, no puede pasar desapercibido que en la llamada estuvieran presentes Stephen Miller, el responsable de la política migratoria en el gobierno de Trump, y Marco Rubio, Secretario de Estado y Consejero de Seguridad Nacional. Sin embargo, aunque en el mensaje de Trump se menciona que “continuará la cooperación en la frontera en lo que hace a todos los aspectos sobre seguridad, incluyendo narcóticos, distribución de drogas e inmigración ilegal”, se omite que haya asistido algún funcionario mexicano responsable de estas áreas. Sobre todo, cuando el control del fentanilo y la inmigración son los problemas principales actualmente en la relación bilateral.

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