Durante la firma de un acuerdo bilateral con Paraguay, el jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, reafirmó su postura sobre el régimen de Nicolás Maduro, al que volvió a señalar como una “organización criminal”. Según Rubio, el gobierno venezolano ha dejado de ser una entidad legítima para convertirse en una estructura delictiva que controla el territorio nacional y opera fuera del marco legal internacional.
Cuestionado por periodistas sobre la presencia de fuerzas navales estadounidenses en el Caribe, Rubio no desmintió su despliegue. Justificó la acción como una respuesta ante el narcotráfico, al que calificó de amenaza directa para la seguridad nacional. Explicó que diversos grupos criminales utilizan aguas y espacios aéreos internacionales para trasladar drogas a Estados Unidos, lo que —según dijo— está destruyendo comunidades enteras.
Rubio también lanzó acusaciones directas al llamado Cártel de los Soles, una presunta red de narcotráfico vinculada a altos mandos militares venezolanos. Aseguró que esta estructura actúa bajo el disfraz de gobierno y advirtió que incluso representa una amenaza para empresas petroleras que operan legalmente en países vecinos como Guyana.
Las declaraciones de Rubio se suman a las hechas por la fiscal general Pam Bondi, quien aseguró que el régimen de Maduro facilita un puente aéreo para el tráfico de drogas hacia Centroamérica y México, mediante sobornos y acceso ilícito a espacio aéreo. Sin embargo, tanto Honduras como Guatemala rechazaron tajantemente esas afirmaciones y negaron que su territorio sea usado por redes criminales, desmarcándose de cualquier vínculo con las operaciones del régimen chavista.