En un paso significativo en favor de la conservación ambiental, las comunidades indígenas de Santa Fe de la Laguna, San Andrés Tziróndaro, Oponguio, Napízaro y San Jerónimo Purenchécuaro han adoptado una medida destacada: han declarado 8 189 hectáreas de bosque en la cuenca del lago de Pátzcuaro como Áreas Voluntarias de Conservación. Este compromiso se consolida mediante la entrega de certificados oficiales por parte del gobierno estatal.
Esta estrategia, impulsada por la Secretaría del Medio Ambiente de Michoacán (Secma), pretende garantizar la recarga hídrica, evitar la deforestación y reducir la erosión que amenaza con sedimentar el lago, particularmente en zonas elevadas como Cerro Huacapian, Napízaro y Cerro del Tzirate. También contempla la extensión de una zona ya certificada en San Jerónimo Purenchécuaro, sumando unas 500 hectáreas adicionales a las ya protegidas.
Aunque esta acción refleja una colaboración positiva entre comunidades y autoridades, también plantea cuestiones esenciales: ¿cómo se asegurará el seguimiento efectivo de estas zonas voluntarias? ¿Qué mecanismos de monitoreo, recursos financieros o infraestructura se destinarán para garantizar que permanezcan protegidas a largo plazo?
Este acuerdo representa un avance simbólico y práctico para el ecosistema, pero su éxito dependerá de la continuidad del apoyo institucional y la transparencia en su implementación.