El paradigma del lujo digital en los automóviles parece dar marcha atrás. Mercedes-Benz, pionera en tableros dominados por pantallas como el MBUX Hyperscreen, reconoció que los botones físicos ofrecen una experiencia más segura y eficiente. Magnus Östberg, jefe de software de la firma, explicó que los datos de uso evidencian que las pantallas táctiles distraen y aumentan el riesgo al volante, mientras que los botones permiten respuestas precisas sin apartar la vista del camino.
Modelos recientes como el GLC y el CLA Shooting Brake reintroducen mandos mecánicos en una tendencia que incluso Volkswagen ha seguido tras recibir críticas por la complejidad de sus interfaces. El giro responde tanto a la demanda del consumidor europeo como a las regulaciones de Euro NCAP, que exigirá botones físicos para otorgar la máxima calificación de seguridad.
Este cambio revela una reflexión más profunda: la tecnología no siempre equivale a progreso si compromete la atención del conductor. Mercedes ahora busca equilibrio entre innovación digital y control táctil, recordando que el verdadero lujo también se percibe con el tacto.







