Viva Aerobus y Volaris dieron un paso decisivo en la reconfiguración de la aviación mexicana: ambas compañías acordaron fusionar sus sociedades controladoras para crear un nuevo grupo mexicano de aerolíneas bajo una estructura de “fusión entre iguales”, en la que cada conjunto de accionistas tendrá el 50 por ciento de la empresa resultante.
El anuncio, realizado el 18 de diciembre de 2025, detalla que las dos aerolíneas mantendrán sus operaciones actuales, con certificados de operación independientes y marcas diferenciadas. Es decir, los pasajeros seguirán viendo y usando por separado las marcas Viva y Volaris, pero detrás habrá una misma sociedad controladora que coordinará estrategia y aprovechamiento de escala.
El objetivo central del nuevo grupo es aumentar los viajes aéreos a precios bajos y reforzar la conectividad, tanto dentro de México como hacia Estados Unidos, Centro y Sudamérica. Las empresas subrayan que se preservarán las rutas existentes y que se buscará ampliar la oferta de vuelos punto a punto, el modelo que ha permitido el crecimiento del mercado de bajo costo en los últimos años.
Desde el frente corporativo, la operación se plantea como una respuesta a un entorno complejo: problemas en la cadena de suministro, retos con fabricantes de aviones y motores, y mayores costos de operación han presionado especialmente a las aerolíneas de ultra bajo costo. Al unirse en un solo grupo, Viva y Volaris esperan generar economías de escala que reduzcan el costo de propiedad de la flota, mejoren el acceso a capital y fortalezcan su perfil financiero de largo plazo.
La nueva estructura también tiene implicaciones laborales y regionales. Por cada aeronave nueva que se incorpore, se estima la creación de entre 55 y 60 empleos directos y hasta cuatro veces más empleos indirectos en sectores relacionados como turismo, comercio y servicios. La expansión de operaciones, particularmente en la zona metropolitana de la Ciudad de México —incluido el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles— y en bases como Monterrey, Guadalajara, Cancún y Tijuana, busca detonar más actividad económica en las regiones donde el grupo incremente su presencia.
En términos de gobernanza, el grupo será presidido por Roberto Alcántara Rojas, actual presidente del Consejo de Viva, mientras que Viva y Volaris conservarán sus propios equipos directivos y estructuras operativas. Las acciones de la sociedad controladora continuarán cotizando en las bolsas de valores de México y Nueva York, lo que mantiene el vínculo con los mercados financieros internacionales y con los inversionistas actuales de Volaris.
La transacción aún depende de la aprobación de autoridades regulatorias en México y en otros países donde operan ambas aerolíneas, así como del visto bueno de los accionistas. Se prevé que el proceso se complete en 2026. Hasta entonces, la operación cotidiana para los pasajeros no cambiará: seguirán comprando boletos con cada marca, mientras, en segundo plano, se diseña un grupo que aspira a hacer más accesible el transporte aéreo y a consolidar al modelo de bajo costo como uno de los motores del turismo, la movilidad laboral y el desarrollo económico en el país.



