Durante las últimas semanas, muchos de ustedes me han preguntado qué es lo que deberían de hacer en la revocación de mandato: votar o no votar.
A decir verdad, no me sorprende que muchos experimentemos esta confusión puesto que nos encontramos inmersos en un sin fin de opiniones con respecto a este tema; sin embargo, lo primero que debemos de hacer para resolver nuestro conflicto es preguntarnos ¿qué es la revocación de mandato?
La revocación de mandato se incorporó al artículo 84 constitucional en el 2019 y es algo propuesto e impulsado por el actual gobierno con la finalidad de demostrar su compromiso con la voluntad del “pueblo”. Así mismo, fue necesario crear la Ley Federal de Revocación de Mandato, la cual define a la revocación, en su artículo quinto, como “el instrumento de participación solicitado por la ciudadanía para determinar la conclusión anticipada en el desempeño del cargo de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de la confianza”. Así mismo, la revocación de mandato no puede proceder en cualquier escenario, ¿a qué me refiero? La Ley de Revocación establece en su artículo 58 que dicho ejercicio sólo podrá ser vinculante en caso de que participe el 40% de la lista nominal de electores. Esto significa que, de una lista nominal de 93,335,175 electores deben de votar al menos 37,334,070 para que la revocación sea válida. De ese porcentaje de personas ganará la opción que mayor votación obtenga, por lo que, a modo de ejemplo, si votara el 40% de la lista nominal y de ese porcentaje 10% anularan su voto, 16% votaran a favor y 14% en contra, el presidente efectivamente sería revocado. Por el contrario, si el 100% de los votantes en este ejercicio estuvieran a favor de la revocación, pero sólo votaran 20 millones de personas, entonces el presidente seguiría con su mandato.
Ahora bien, ya sabemos lo que se necesita para que la revocación se efectiva, pero ¿qué pasaría si el presidente es revocado? Según el artículo 84 constitucional, sería titular provisional del ejecutivo (presidente) el presidente del Congreso, por lo que el puesto lo asumiría, durante un plazo de 30 días, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez Luna -diputado de Morena- en este caso. Posteriormente, el Congreso debe de nombrar a la persona que termine el plazo del sexenio de Andrés Manuel. A esa figura se le llama presidente substituto y puede ser cualquier persona que el Congreso considere pertinente. De esta forma, tendríamos 3 presidentes distintos en un mismo sexenio y, como ciudadanía, podríamos volver a elegir quién gobierna nuestro país hasta el 2024.
Analicemos todo de manera completa entonces, la actual revocación de mandato fue solicitada por aquellos que más confían en Andrés Manuel y no por los que menos, es ahí donde encontramos la primera inconsistencia puesto que no cumple con la solicitud que naturalmente le merece (la de convocarse por malestar y no para legitimar un gobierno) Ahora bien, si estás a favor de participar en la revocación para apoyar al presidente te encuentras en tu completo derecho de manifestar tu confianza a través de tu voto, solo recuerda que, sin importar la redacción de la pregunta, no es un voto de ratificación. Por otra parte, si no confías en el presidente y eso es lo que quieres manifestar puedes votar en contra, pero aquí deberías de preguntarte si consideras que el escenario de cambio de presidente que tu voto podría traer es algo que piensas óptimo y funcional para el país en este momento. Así mismo, si no estas a favor de ninguna de las opciones, pero igual consideras que la revocación esta siendo un buen ejercicio ciudadano puedes anular tu voto, en este caso deberás recordar que tu participación aumentará la probabilidad de procedencia de la revocación y la legitimidad del ejercicio, lo cual nos lleva a la última opción. Si consideras que la revocación se está realizando a conveniencia de algunos, fallando a todos los principios jurídicos e ideológicos que la hacen un buen ejercicio ciudadano, si no quieres legitimar el ejercicio, si no confías en la designación de las Cámaras y/o no consideras óptimo que el presidente se vaya en este momento dadas las circunstancias del país aún sin confiar en el o apoyarlo, puedes no votar.
Recuerda que no votar también es participar y que lo más importante es que tu, te sientas cómodo y tranquilo con tu decisión.