Por Gabriel Barrios Mendoza
Después de 87 años el equipo de futbol americano de la capital estadounidense cambió su nombre y próximamente su escudo.
Las protestas que se han dado contra la injusticia social a raíz de la muerte de George Floyd siguen generando cambios y esta vez los Washington Redskins dejaron de llamarse así luego de que el dueño de la franquicia, Daniel Syder, recibiera las peticiones de aficionados, patrocinadores y grupos de interés que solicitaron el cambio de nombre por considerarlo despectivo. Snyder, el mayor accionista de los tres veces campeones (1983, 1988 y 1992) de la NFL, en el año 2013 declaró al USA Today “Nunca vamos a cambiar de nombre. Es así de simple. NUNCA; puedes ponerlo en mayúsculas.” Siete años después ante las presiones mediáticas, principalmente aquellas provenientes de los patrocinios y del merchandising hicieron que cambiara de opinión.
Junto con su hermana Michelle y Arlette, Dan puso en una balanza los beneficios económicos versus la identidad deportiva, ganando los primeros. Entre las acciones que exigían algunas empresas destacan el retiro de todos los productos en sus portales web por parte de Walmart, Amazon y Nike, este último patrocinador; FedEx, amenazó con retirar su apoyo al estadio que lleva su nombre, además de que Fred Smith, CEO y fundador de la empresa de logística, es socio minoritario desde 2003.
Hace algunos días la franquicia comunicó que tras una revisión exhaustiva decidieron cambiar el nombre y el logotipo del equipo surgido en 1933. Este no es el primer, ni será el último cambio de nombre para un equipo deportivo. El equipo de baloncesto de la ciudad, ya vivió este proceso cuando en 1997 cambió el mote de Bullets a Wizards. El nuevo nombre se dará a conocer en las próximas semanas, ya que el proceso de registro de la nueva marca lleva su tiempo pero deja tranquilos a los nativos americanos, quienes aplaudieron el cambio señalando que es un mensaje de reconciliación sólido y significativo con los líderes, las tribus y las organizaciones para reparar los daños que el nombre “racista” causó a los pueblos indígenas durante décadas.
La vida deportiva seguirá para el equipo de la capital de Estados Unidos. Los aficionados con el paso del tiempo comprenderán que el empleo de una palabra con tintes raciales es indefendible. Los extintos Redskins también son ganadores ya que terminan con años de controversia y empezarán una nueva época con tranquilidad.
