Arturo Damm Arnal
En octubre la inflación anual, medida por el comportamiento del Índice Nacional de Precios al Consumidor, fue 6.24 por ciento, lo cual ha llevado a muchos a afirmar que es la más elevada en muchos años. ¿Será? Veamos.
Lo primero que llama la atención, más que el nivel de la inflación, es la magnitud del repunte de los últimos dieciocho meses, de abril de 2020 a octubre de 2021. En abril del año pasado la inflación anual fue 2.15 por ciento. En octubre pasado fue 6.24 por ciento. El aumento fue de 4.09 puntos porcentuales, equivalentes al 190.23 por ciento.
Comparemos con el repunte anterior, el que tuvo lugar entre diciembre de 2015 y noviembre de 2017.
En diciembre de 2015 la inflación anual fue 2.13 por ciento (la menor desde enero de 1970, año a partir del cual tenemos el actual registro). En noviembre de 2017, veintitrés meses después, fue 6.77 por ciento. El aumento fue de 4.64 puntos porcentuales, que equivalen al 217.84 por ciento.
En menos de seis años, entre 2015 y 2021, tuvimos dos repuntes importantes en la inflación: del 217.84 por ciento el primero (de diciembre de 2015 a noviembre de 2017), y del 190.23 por ciento el segundo (de abril de 2020 a octubre de 2021). ¿Qué se espera para los próximos meses?
Según la media de las treinta y nueve respuestas recibidas por el Banco de México en la encuesta de octubre sobre las expectativas de los especialistas en economía del sector privado, la inflación para los próximos doce meses, de octubre de 2021 a octubre de 2022, será del 3.89 por ciento (5.27 la máxima esperada, 3.31 la mínima). Se espera que la inflación empiece a ser menor.
Entre enero de 2008 y octubre de 2021, en diecisiete meses (el 10.24 por ciento de los transcurridos en ese periodo de tiempo), la inflación se ubicó por arriba del seis por ciento: entre noviembre de 2008 y abril de 2019, entre mayo y diciembre de 2017, en abril de 2021, entre septiembre y octubre de 2021. ¿Qué tan inusual resulta la inflación actual de 6.24 por ciento?
Además del repunte, lo que llama la atención es lo lejos que se encuentra la inflación de la meta establecida por el mismo Banco de México, que es del tres por ciento, más menos un punto porcentual de margen de error, por lo que la máxima inflación aceptable es cuatro por ciento. La inflación de octubre, 6.24 por ciento, se ubicó 2.24 puntos porcentuales por arriba de la máxima inflación aceptable (cuatro por ciento), que equivalen al 56.0 por ciento, y 3.24 puntos porcentuales por arriba de la meta puntual (tres por ciento), equivalentes al 108.0 por ciento. Dicho sea de paso: con esa meta de inflación, que ha estado vigente a todo lo largo del siglo XXI, entre enero de 2001 y octubre de 2021, en lo que ya ha trascurrido de este siglo, la inflación acumulada en México fue 139.22 por ciento.
Con relación a la inflación la pregunta más importante es si es correcto que un banco central, en nuestro caso el Banco de México, tenga metas de inflación, es decir, que esté de acuerdo con la pérdida en el poder adquisitivo de nuestro dinero, y por lo tanto de nuestro trabajo: si el trabajo se paga con dinero, y el dinero pierde poder adquisitivo, lo que pierde poder adquisitivo es el trabajo, y si las personas tienen el derecho al producto íntegro de su trabajo, la inflación viola ese derecho (lo cual es un tema relacionado con la justicia y el Estado de Derecho), debiendo tener muy claro que la inflación, o es permitida por el banco central, o es ocasionada por el banco central, por lo que no puede negar su responsabilidad ante la existencia y repunte de la misma.
¿Es correcto que el Banco de México tenga metas de inflación? No.
