22 de diciembre de 2024 4:25 pm
OPINIÓN

De Economía y otras cosas

El bienestar de las personas depende, entre otras cosas, pero de manera importante, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen, la mayoría de los cuales hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que tener ingreso...

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Arturo Damm Arnal

La semana pasada, en entrevista con Carmen Aristegui, la diputada plurinominal de Morena, Patricia Armendáriz, dijo que “el legado de AMLO no será de crecimiento económico sino de bienestar”, a lo que yo respondo que no será, ni de crecimiento, ni de bienestar, y que no será lo segundo (bienestar), porque no será lo primero (crecimiento).

El bienestar de las personas depende, entre otras cosas, pero de manera importante, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen, la mayoría de los cuales hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que tener ingreso, para lo cual hay que tener trabajo, sobre todo si aceptamos que la disposición de bienes y servicios debe ser el resultado del trabajo propio, no la consecuencia de la dádiva de alguien más, mucho menos de la gubernamental, efecto de la redistribución del ingreso, del gobierno quitándole a Pedro una parte de lo que, por ser producto de su trabajo, su ingreso, es de Pedro, para darle a Juan lo que, por no ser producto de su trabajo, de su ingreso, no es de Juan, redistribución del ingreso que es una expoliación legal, legalidad que no le quita lo injusta.

El bienestar de las personas depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen, que dependen del empleo y del ingreso. El crecimiento de la economía depende de la producción de bienes y servicios, variable con la que se mide dicho crecimiento, producción de bienes y servicios que requiere de empleos, ya que para producir alguien tiene que trabajar, empleos que generan ingresos, ya que a quien trabaja se le paga por hacerlo, todo lo cual depende de las inversiones directas que se destinan: i) a producir bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía; ii) a crear empleos, puesto que para producir alguien tiene que trabajar; iii) a generar ingresos, puesto que a quien trabaja se le paga por hacerlo, empleos e ingresos que determinan el bienestar de las personas, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios a su disposición, la mayoría de los cuales hay que comprar, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual se necesita ingreso, para lo cual se requiere empleo, empleos e ingresos que dependen de las inversiones directas que se realizan con el fin de producir bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía, sin el cual no puede haber bienestar, sobre todo si aceptamos que éste debe ser resultado del trabajo propio, de la generación de ingreso, no consecuencia de la dádiva de alguien más, de la redistribución del ingreso.

Aún suponiendo que el bienestar debe ser la consecuencia de la dádiva de alguien más, y que ese alguien más debe ser el gobierno, éste necesita de una parte del ingreso de los ciudadanos para, obteniéndolo por medio del cobro de impuestos, redistribuirlo a través del gasto social, ingreso que es consecuencia del empleo, empleo que es consecuencia de la producción de bienes y servicios, variable con la que se mide el crecimiento de la economía. ¿A qué llegamos? Al crecimiento.

Que no crezca la economía quiere decir que no crece, en primer lugar, la producción de bienes y servicios, y, en segundo término, que no crece ni la creación de empleos ni la generación del ingresos, por lo que no puede aumentar el bienestar, ya sea consecuencia del trabajo propio, ya sea resultado de la dádiva gubernamental. Crecimiento y bienestar son cosas distintas, pero relacionadas causalmente: el crecimiento es la causa del bienestar y el bienestar es el efecto del crecimiento.

No creo que Patricia Armendáriz, con el currículo que tiene (maestra en Desarrollo Económico por la Universidad de Cambridge y doctora en Economía del Empleo por la Universidad de Columbia), no lo entienda. Y si lo entiende, ¿entonces por qué afirma que “el legado de AMLO no será de crecimiento económico sino de bienestar”? Si no es por convencimiento, ¿entonces es por conveniencia? Y de ser así, ¿qué espera a cambio?

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