19 de septiembre de 2024 10:57 am
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OPINIÓN

El Blockchain como facilitador utópico

...es sutentada por millones de computadoras o “nodos” que dificultan la falsificación de información u opacidad de datos, por lo que se “elimina” la necesidad de interactuar con Organismos institucionales como lo pueden ser bancos, empresas, e incluso gobiernos...

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Rodrigo Saval Pasquel

Aunque muchas personas creen que la tecnología Blockchain y las criptomonedas únicamente representan una forma de especulación financiera, es importante mencionarles que el debate en este rubro implica una mayor profundidad a la superficialidad que se le ha intentado acreditar mediante supuestos usos meramente comerciales. Detrás de esta tecnología y sus usuarios, existen ideologías y propósitos, que curiosamente —de manera imperceptible— han “roto” los espectros ideológicos.

Como pequeña nota, es importante entender que entre los usuarios de la tecnología existen dos bandos que se encuentran en constante conflicto, y para la definición de posturas, ambos grupos centran su discusión en torno al Bitcoin. El primero es conocido como los Maximalistas o “Maxis”, y el segundo como minimalistas.

Resumido burdamente, los Maximalistas están en contra de criptomonedas alternas al Bitcoin, pues sostienen que esta es la tecnología superior, y que por lo mismo, —inevitablemente— será la única en el mercado en un futuro. Los minimalistas, por el contrario, están a favor de la creación de nuevas monedas coloquialmente conocidas como “altcoins”, y sustentan su posición argumentando que pueden existir mejores tecnologías que Bitcoin.

A pesar de ser opuestos, ambos bandos comparten un mismo planteamiento: la tecnología Blockchain le da el poder a las personas y le quita el control a las instituciones. Esto gracias a que la misma es sustentada por millones de computadoras o “nodos” que dificultan la falsificación de información u opacidad de datos, por lo que se “elimina” la necesidad de interactuar con Organismos institucionales como lo pueden ser bancos, empresas, e incluso gobiernos, y permiten que el intercambio de información se dé directamente entre personas.

Según sus primeros usuarios, Blockchain permitió que el poder regresara a las personas, quienes desde lo individual formaban parte de algo más grande y que desde un sentido de libertad, les permitía dotar de transparencia y empoderamiento a las personas frente a burocracias que con los años se habían corrompido al nivel de proteger los intereses de oligarquías en el poder.

Lo anterior es extremadamente interesante, pues desde un punto de vista de ciencia política, a través de Blockchain, dos polos opuestos de la ideología política y económica se encuentran, lo cual nos ayuda a argumentar que la ideología política podría ser un círculo. Para explicar mejor lo anterior, desde un punto de vista gráfico, la forma más común de visualizar el espectro político siempre ha sido de forma horizontal. En el opuesto izquierdo de la barra se encuentra el comunismo como máximo exponente, mientras que del lado derecho se encuentra el libertarismo.

Ambas doctrinas —el comunismo y el libertarismo—, de cierta forma coinciden en la desaparición de las instituciones, y en qué los recursos y los medios de producción deben de ser de las personas y no de las Instituciones. La gran diferencia entre ambas, es que el libertarismo promueve la individualidad, mientras que el comunismo promueve la colectividad.

Sin embargo, si lo analizamos desde un enfoque diferente, Blockchain es el eslabón que logra unir a ambas, pues se eliminan las instituciones que controlan y/o regulan los recursos y los medios de producción, y su control se cede a las personas quienes desde lo individual pueden comerciar con otros individuos sin reguladores, pero a su vez mantienen cierto orden con transparencia y libertades a través de la decisión de formar una neo-institución popular y colectiva desde el individualismo, construida —irónicamente— con base en una idea  sobre la cual se implementó el fascismo —los fasces—, para permitir que ambos opuestos se fusionen.

Si bien el Blockchain y sus exponentes han sufrido diversos intentos para ser institucionalizados y regulados, los principios que los llevaron a su existencia y que han marcado su resistencia, son los mismos que nos están enseñando que hoy las tecnologías pueden romper nuestras concepciones previamente establecidas por las ciencias sociales. Por lo tanto, es claro que las tecnologías —y en especial Blockchain—, moldearán nuestro futuro.

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