11 de octubre de 2025
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OPINIÓN

¿Qué sigue después del 5 de junio?

...la alianza Va X México presume haber obtenido la victoria electoral en dos Estados: Aguascalientes y Durango. Sin embargo, es importante aclarar que aunque se vendan como logros, en realidad estos pequeños triunfos representan un paliativo, pues antes de la elección, los partidos que conforman dicha coalición gobernaban...
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Rodrigo Saval Pasquel

El domingo de esta semana se eligieron las gubernaturas de 6 Estados del país: Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Los resultados demuestran un camino complicado para arrancarle la Presidencia de la República a Morena en 2024. No obstante, estas elecciones van más allá de vencedores y perdedores, ya que implican una serie de situaciones que son vitales para intentar predecir el futuro político de nuestro país. Pero ¿qué trasfondo hay detrás de esta elección?

En términos globales, la alianza Va X México presume haber obtenido la victoria electoral en dos Estados: Aguascalientes y Durango. Sin embargo, es importante aclarar que aunque se vendan como logros, en realidad estos pequeños triunfos representan un paliativo, pues antes de la elección, los partidos que conforman dicha coalición gobernaban las 6 entidades disputadas, y después del domingo dejarán de gobernar 4 de estas 6 administraciones estatales.

Lo anterior denota un fracaso de estrategia, ya que ni construyendo una coalición, el PAN, el PRI, y el PRD fueron capaces de detener el avance de Morena y de retener por lo menos aquellos Estados que ya controlaban. Y aunque en términos generales la narrativa del fracaso ha ido construyéndose alrededor de la falacia de que su derrota se debe a la negativa de Movimiento Ciudadano a unirse, la realidad es que algunos señalan a sus cúpulas como los principales responsables tomando en cuenta la simulación que han llevado a cabo al momento de seleccionar candidaturas generalmente rancias y poco rescatables.

Entre las pérdidas de la coalición destaca Hidalgo, Estado que desde el nacimiento del Partido Revolucionario Institucional, había sido gobernado por el, y que próximamente será gobernado por Morena. En otras palabras, el PRI perdió el antepenúltimo de sus bastiones históricos que hasta 2021 había gobernado sin alternancia desde hace más de 90 años. Situación que da un pronóstico lúgubre para el PRI como fuerza política si consideramos que en 2023 se disputarán sus dos últimos bastiones tradicionales: Coahuila y el Estado de México.

Morena —a pesar de obtener la mayor cantidad de victorias—, tampoco logró su objetivo, ya que esperaban ganar todas las contiendas. Y aunque desde las habitaciones de Palacio Nacional se celebre una gran victoria, es altamente probable que en el 2024 se les complique el panorama más de lo que creen. Si bien hoy Morena controla la mayoría del país, no es ningún secreto que se les ha complicado la parte más importante de ser autoridades: el gobernar.

La gran mayoría de los Estados que Morena obtuvo en 2018 hoy se encuentran en condiciones deplorables hablando en términos sociales, económicos y de seguridad. Y gran parte de la responsabilidad se podría atribuir a la poca capacidad de sus aparatos gubernamentales. En resumen la gente no vive mejor que antes, y en las elecciones intermedias el enojo general se vio reflejado en las urnas de manera muy clara.

También es relevante que para algunas entidades aún no ha existido la oportunidad de llevar a cabo el “voto de castigo” en contra de las gubernaturas guindas, lo que podría implicar un desfonde para la obtención de votos de la candidatura presidencial morenista en 2024. Ya que aunque en 2021 y 2022 existía descontento general, las victorias pueden ser fácilmente atribuibles a la popularidad de López. Pero en 2024 será aún más complicado que esta popularidad sea transferida a candidaturas de su partido.

Esto deja a la ciudadanía con 3 opciones: elegir gobiernos que no tienen capacidad de gobernar y que —básicamente— han logrado empeorar la gran mayoría de indicadores, pero que representan una alternativa a los partidos de siempre; votar por los partidos tradicionales con la mínima esperanza de que disminuyan los males enraizados en el sistema político mexicano; o elegir una opción distinta que no represente a las mismas figuras que originalmente han gobernado —mal— al país, pero que también tengan capacidades para hacerlo de manera correcta y eficaz. 

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Un comentario

  1. Coincido en casi todo, aunq creo q dejas de lado lo relevante q resulta en su desgaste natural (del partido en el gobierno) ser “sistema” y q casi q por default la generación q vota por primera y algunos por segunda vez castigan con su voto siendo “anti” sistema (mas allá de voto de castigo)
    También dejas de lado lo irrelevante q resultó mc en esta elección y en lo equivocado q están en tanta insistencia a q se una a la Alianza!
    Tampoco mencionas q en los 23 años de existencia de mc su historia les recuerda q casi siempre han ido en alianza, incluso entender q sus principales figuras políticas han llegado a las cámaras en alguna formula incluso el 3er estado q han gobernado en 23 años lo lograron en alianza (con un priísta) incluso hasta con el pt
    Entonces conclusión: si hay manera de de ser competitivos en 2024 siempre y cuando la autocrítica les dé para resolver los errores de fondo y mc debería considerar tener una postura honesta y humilde en el entendido q tampoco tienen algo q celebrar (y menos con samuel q dice q todos los problemas de NL no son de su competencia!)

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