8 de junio de 2025 2:51 pm
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OPINIÓN

Alcalde en la pluri 1

En el caso de las Alcaldías, la única figura de oposición fáctica que existe dentro del funcionamiento de las mismas es la de las y los concejales. En la Ciudad de México, cuando se hacen elecciones para elegir a la o el alcalde, se presenta la candidatura para ser Alcalde, más aparte una lista de candidaturas a concejalías conocida como planilla…

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Rodrigo Saval Pasquel

Aunque muchas personas no lo perciban de tal forma, creo que una de las principales grandezas de cualquier democracia es la pluralidad que las forma. La suma de voces, orígenes, personas, y todo aquello que otorga variedad en la discusión y toma de decisiones, puede mejorar los resultados de las mismas, ya que la oposición a las afirmaciones siempre llevará a argumentos de mayor solidez, o a desmentir las falacias sobre las cuales se diseñaron las mentirasya dichas. Por eso creo que las alcaldías de la Ciudad de México tienen una oportunidad para incluir estos beneficios en su toma de decisiones.

Como ya todos sabemos, México es una Federación, por lo tanto las entidades que conforman al país tienen la facultad de legislar sobre ciertos aspectos en cuanto a su organización y toma de decisiones a nivel estatal y local. En México, el municipio es la forma más representativa del poder Ejecutivo a nivel local, y aunque en la Ciudad de México decidimos nombrarlo “Alcaldía”, funciona casi igual, salvo muy pequeñas diferencias: el alcalde es el Presidente Municipal, los concejales son los regidores, y la figura del síndico no existe como tal en las Alcaldías.

En el caso de las Alcaldías, la única figura de oposición fáctica que existe dentro del funcionamiento de las mismas es la de las y los concejales. En la Ciudad de México, cuando se hacen elecciones para elegir a la o el alcalde, se presenta la candidatura para ser Alcalde, más aparte una lista de candidaturas a concejalías conocida como planilla. No obstante, el que una o un candidato a concejal resulte electo, dependerá del porcentaje de votación que reciba la o el candidato a Alcalde.

En otros Estados, como por ejemplo, Quintana Roo, sucede algo distinto. Se presenta una planilla para competir por el ayuntamiento, la cual es encabezada por la o el candidato a Presidente Municipal. En caso de no obtener la mayoría de la votación, la o el candidato a Presidente Municipal forma parte del ayuntamiento como regidor o regidora —siempre y cuando alcance el mínimo de votación—.

Muy pocos mexicanos pueden asegurar que nunca se han visto alcanzados de alguna u otra forma por una campaña política. Y votando o no, siempre habrá por lo menos una candidatura que nos apasiona y emociona, incluso cuando esta no necesariamente gana. Generalmente solo nos enteramos de las candidaturas a ciertos puestos, y muy rara vez nos enteramos de quienes son candidatas y candidatos a concejalías. Ahora imagínense que pasaría si esa persona que querían ver de Alcalde —y no ganó—, entrara a la alcaldía como concejal de oposición.

Más allá de la emoción y de la satisfacción, desde un plano útil, imagínense lo que haría en contra de la corrupción el tener un personaje contrario al que ganó, entrando como contrapeso interno de lo que hoy es prácticamente un pequeño virrey. Y de igual forma, si nuestra candidatura ganó. Qué tal que no cumplió lo prometido. Qué en realidad acabó siendo la peor opción de entre las presentadas. Pues al menos tener un contrincante vigilando, revisando y autorizando o no su trabajo desde dentro de su oficina, pudiera servir como freno a un daño mayor.

También es importante analizarlo desde el punto de vista de un alcalde. ¿Le gustaría tener a su contrincante dentro de su administración? ¿Le entorpecería su trabajo por motivos políticos o por motivos reales? ¿Dificultaría que sucediera o no la corrupción? En realidad no sé si sea la idea correcta, quizás pueda ser un obstáculo más que un freno, pero más allá de distraernos con las bondades de los gobiernos de coalición, si yo fuera diputado local, propondría cambiar la Constitución de la Ciudad de México para permitir una verdadera oposición. Ya que si en la Ciudad se permitiera lo que sucede en Quintana Roo, en una de esas hasta yo me lanzaría como Alcalde.

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