23 de diciembre de 2024 12:06 am
OPINIÓN

El último segundo

El cambio climático ha sido muy despiadado en muchos momentos y en muchos lugares del globo. Ha provocado un descontrol del clima de formas exacerbadas cuyos resultados han impactado severamente a las personas, sobre todo a las más desprotegidas, y en Pakistán, un país de renta baja, no es la excepción…

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Niels Rosas Valdez

En los últimos días ha habido dos noticias realmente impactantes a causa el cambio climático. La primera toma lugar en Pakistán, país en el que un tercio de su territorio está inundado, así lo ha confirmado su primer ministro. En otro lado del globo, en Groenlandia el deshielo reciente aumentará el nivel del mar por al menos casi 30 centímetros, de acuerdo con los reportes. ¿Qué opinión nos merece esta situación?

El cambio climático, por mucho tiempo sujeto a debate en la comunidad científica para determinar si existía o no, es una de las dos amenazas existenciales que encontramos en la actualidad; la otra, por si fuera poco, es la proliferación de armas nucleares. A pesar de eso, la situación no mejora como debería. Ha habido muchos, muchos esfuerzos de la comunidad internacional para atender este problema mayúsculo del globo, pero lamentablemente los impactos no tienen la fuerza necesaria para reducir de manera considerable el problema.

Lo que pasó en Pakistán y lo que está sucediendo instante tras instante en Groenlandia es una consecuencia de las acciones del humano en la Tierra, pero también de las inacciones que hemos tenido sociedades y gobiernos, sobre todo desde que conocimos con mayor claridad los estragos del calentamiento global y del cambio climático. Hoy en día vemos los resultados de políticas exageradamente extractivistas de recursos naturales, inconscientes del medio ambiente y sin intención de resarcir los daños producidos.

El cambio climático ha sido muy despiadado en muchos momentos y en muchos lugares del globo. Ha provocado un descontrol del clima de formas exacerbadas cuyos resultados han impactado severamente a las personas, sobre todo a las más desprotegidas, y en Pakistán, un país de renta baja, no es la excepción. Como se mencionó anteriormente, las tormentas han causado el hundimiento de un tercio del país. ¿Cuándo habíamos escuchado algo semejante?

Se trata de una catástrofe natural, una noticia inaudita, totalmente inimaginable y, sin embargo, real. Los daños han sido graves y las pérdidas económicas se han elevado a varios miles de millones de dólares, y aún más severo es la defunción de cientos de personas, personas que se habían detectado como vulnerables. Y algo también grave es que, a pesar de conocer esta situación, es probable que la comunidad internacional no efectúe mayores cambios en las políticas o acciones que de verdad tengan un impacto positivo en el medio ambiente.

Lo anterior son sólo algunas de las acciones más recientes que hemos experimentado en torno al cambio climático; en el olvido quedan una innumerable cantidad de efectos que no salen tan fácil a la luz. ¿Qué destino podemos alcanzar si no hay una atención debida hacia las causas de la degradación medioambiental? Describir la situación actual mundial en este tema es tan fácil como decir que nos encontramos en una bomba de tiempo que estallará si la comunidad internacional no hace lo que en incontables conferencias y tratados ha declarado que haría.

Ciertamente, para conseguir una colaboración masiva en el escenario internacional para mitigar el cambio climático se necesita de liderazgos que motiven, guíen y pongan el ejemplo de políticas y acciones al respecto. Hasta hace poco, esos liderazgos generaban limitados resultados apremiantes, sobre todo a raíz de las rivalidades existentes entre países. Hoy en día, a causa de la guerra que ha conmocionado a todo el mundo, este compromiso y colaboración internacional se ha desdibujado, situación que eleva los riesgos de una catástrofe anunciada y creciente que nos afectará cada vez más a todas las naciones. ¿Acaso la arrogancia del enriquecimiento es suficiente para obnubilar a la sociedad global? ¿Nos esperaremos hasta el último segundo para reaccionar a pesar de que el riego que alberga es la catástrofe final?

Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx

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