Cecilia González Michalak
Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas, o mejor conocido como Alicia en el país de las maravillas es una novela que se publicó en 1865 por Charles Lutwidge Dodgson, mejor conocido por su seudónimo: Lewis Carroll. La historia empezó a cocinarse durante un paseo en barco por el río Támesis el 4 de julio de 1862. Lewis Carroll estaba junto a las hermanas Liddell, hijas de un colega de Christ Church College del escritor, quienes estaban muy aburridas. Para entretenerlas, el matemático empezó a improvisar un relato fantástico, dónde Alice, una de las pequeñas, caía por un agujero y entraba a un mundo subterráneo.
Cuatro meses después, recordando las narraciones fabulosas que se habían hecho en el barco, Carroll empezó a plasmar todo en papel. En octubre de 1863, el escritor mostró su manuscrito ilustrado Las aventuras de Alicia bajo tierra al editor Alexander Macmillan. Éste aceptó publicarlo sugiriendo usar mejor las ilustraciones de John Tenniel y así el libro apareció oficialmente publicado en 1865, con un título un poco diferente: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas.
Este libro marcó generación tras generación desde su primera aparición. El personaje inocente de Alicia conociendo un mundo extraño donde todos están locos, y les gusta vivir en la misma extravagancia, ha inspirado numerosas adaptaciones como obras de teatro, películas, ballets, videojuegos, canciones, musicales, caricaturas y cómics. En varios lugares del mundo existen esculturas para homenajear a estos personajes, como el recorrido de Alicia en Llandudno, Gales, o la enorme estatua de Alicia y varios personajes –entre ellos el Sombrerero, la liebre y el gato de Cheshire– sobre hongos en Central Park, Nueva York.
Los versos y rimas, las frases en adivinanzas y los contenidos fabulosos de esta novela rompieron las barreras del lenguaje, permitiendo que el libro, de empezar con una pequeña edición muy local en Oxford, se publicara en todo el mundo. Y es así que llegó hasta Japón, donde una artista visual tuvo la oportunidad de convertirse de nuevo en una niña internándose a un mundo increíble. Yayoi Kusama, conocida por sus calabazas punteadas y obras llenas de psicodelia, patrones y círculos, se cree ella misma la nueva Alicia.
Kusama, desde pequeña, empezó a hacer obras llenas de lunares, repeticiones e inquietud donde la fantasía y la realidad convivían en entornos que retratan las alucinaciones que le propicia su mente. Su trastorno mental era difícil de controlar, pero podía tener un rato de tranquilidad cuando se ocupaba creando arte. La vida de esta artista fue difícil desde su infancia. Incluso, siendo ya una artista buscando nuevas plataformas para crecer en Nueva York, personalidades más reconocidas como Andy Warhol e Ingo Maurer, le robaron sus ideas de repetición y montajes de luces, y hasta el honor de ser la madre del Pop Art.
Aunque el país de las maravillas vive en el descontrol, ahí no existen hombres que menoscaben el talento de las mujeres. Ahí no se encuentra gente que se roba tus ideas. Y aún con una reina despiadada que quiere cortarle a todo el mundo la cabeza, no existe la discriminación por ser diferente: si uno está loco, todos lo están también. Con hongos, peces, caracoles y caballitos de mar, Kusama crea un libro donde la tipografía también es dinámica y variada. Uno puede con él estar en los zapatitos de Alicia, tratando de comprender dónde está, qué está sucediendo y sumergirse en un mundo donde nada de lo que existe alrededor es real o tiene sentido, o todo lo contrario.