12 de octubre de 2025
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OPINIÓN

El surrealista y el futuro

Una de sus obras que abarca todas sus inquietudes se llama El surrealista. Terminado en enero de 1947, Brauner se retrata como un malabarista capaz de controlar los elementos de la naturaleza con su varita mágica, para señalarse como un poeta surrealista capaz de dominar la vida creativa con su pincel...
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Cecilia González Michalak

Victor Brauner (1903-1966) nació en Piatra Neamţ, Rumanía, en el seno de una familia judía. En 1925, estudió en la Academia de Bellas Artes de Bucarest, pintando, en un principio, paisajes al estilo de Cézanne. Terminados sus estudios, viajó a París, la meca del arte, para poder empaparse de las nuevas corrientes y de un ambiente muchísimo más nutrido y activo del que había en su tierra natal.

Fue en este viaje que conoció a Yves Tanguy, un surrealista francés que introduciría a Brauner al peculiar mundo de la corriente que buscaba retratar el subconsciente humano a través de la representación de los sueños. Combinando esto con sus inquietudes sobre el misticismo de la Kabbala, rituales de lo oculto, y necromancia, empezó a hacer pinturas premonitorias que retrataban la magia de adivinar el futuro. A partir de 1931, Brauner realizó autorretratos y retratos que lo mostraban sin un ojo; en 1938, perdió su ojo izquierdo al recibir un vaso de vidrio mientras mediaba una violenta discusión entre los surrealistas españoles Óscar Domínguez y Esteban Francés.

Autorretrato con el ojo arrancado, 1930. (Fuente de la imagen: Historia-Arte)
Oil painting by Victor BRAUNER representing the poet Rene CHAR in 1934. Painting oreserved at the Doucet Library in Paris. Peinture à l’huile de Victor BRAUNER représentant en 1934 le poète René CHAR. Peinture conservée à la Bibliothèque Doucet à Paris. (Photo by Patrick HORVAIS/Gamma-Rapho via Getty Images)
Del natural, 1937. (Fuente de la imagen: Historia-Arte)
Autorretrato de Victor Brauner en 1936, previo a su accidente. (Fuente de la imagen: Flickr)
Retrato de Brauner en 1954, cuando se le reconoce como refugiado en Francia. (Fuente de la imagen: Office français de protection des réfugiés et apatrides)

Una de sus obras que abarca todas sus inquietudes se llama El surrealista. Terminado en enero de 1947, Brauner se retrata como un malabarista capaz de controlar los elementos de la naturaleza con su varita mágica, para señalarse como un poeta surrealista capaz de dominar la vida creativa con su pincel. 

El surrealista, óleo sobre tela, 1947. (Fuente de la imagen: Fundación Peggy Guggenheim)

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