No suelo ser muy técnico en mis artículos. Este tal vez sea la excepción.
El 26 de julio de 2023 el INEGI presentó la edición más reciente de su Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares, correspondiente al año 2022. Hay mucho que decir acerca de la encuesta. Desafortunadamente, no tengo la suficiente paciencia como para analizar absolutamente todos los datos que presenta, pero sí hay uno en el que puse atención y del que vale la pena comentar algo.
Empecemos por lo más básico: No hay que dejarnos engañar. Parte del problema de estos datos es que si no se utilizan de forma adecuada pueden ser muy engañosos y aquí pongo un ejemplo:
Los ingresos de las familias mexicanas crecieron un 11% entre 2020 y 2022. Suena espectacular, suena a un aumento importante y significativo. Solo que esa no es la historia completa. La misma encuesta indica que los ingresos solo crecieron un 0.2% entre 2016 y 2022. Esto quiere decir que en la primera mitad del sexenio los ingresos se cayeron tan agresivamente que incluso con ese aumento del 11% en los últimos dos años, el ingreso promedio se ha mantenido prácticamente al mismo nivel.
El tema es que incluso a los sectores socioeconómicos a los que mejor les fue, no les fue particularmente bien. Tomemos por ejemplo el diez por ciento de los hogares más pobres de México. En 2016 ganaban 11,141 pesos al trimestre (no al mes, al trimestre). Para 2022 esa cifra aumentó un 20.4% para alcanzar un valor de 13,411. Un crecimiento del 20% no suena nada mal, pero hay que ponerlo en perspectiva.
De entrada, es un 20.4% acumulado en seis años que promedia un miserable 3.4% anual. ¿Cuánto representa eso en pesos por persona? Según la encuesta, los hogares mexicanos tienen 3.43 personas en promedio. Tomando esto en cuenta estamos hablando de que cada persona gana en promedio 220 pesos más al mes. 220 pesos en seis años. Eso es lo que las personas más pobres de México han ganado con el último año de Peña Nieto y, claro, la 4T.
Ese 10% más pobre de México es el que mayor crecimiento tuvo, lo cual está muy bien y siempre debería de ser así, pero su crecimiento está muy lejos de ser suficiente. Y en el otro lado de la balanza, el 10% más rico vio una reducción del 13.2% en sus ingresos. Esta información parece reflejar a la perfección la filosofía del movimiento: que pierdan los ricos y que medio ganen los pobres, pero que nadie gane en serio. La cuarta transformación no pretende crear crecimiento para todos, sino tomar dinero de los que más tienen y dárselo a los que menos tienen.
Antes de que mis amigos y amigas de izquierda salten a decirme que eso es justamente lo que debería de hacer el gobierno, quiero compartir un dato más: el ingreso promedio trimestral en México en 2016 era de 63,565 pesos y en 2022 paso a 63,695. Después de estos seis últimos años, un hogar completo (no cada persona, toda la casa) gana 130 pesos más cada TRES meses. 43 pesos más al mes para el hogar. 12.64 pesos más por persona.
Sí hay que atender la pobreza, sí tiene que crecer más el sector más desfavorecido de México, sí hay abusos enormes por parte de individuos y empresas con poder que han explotado a la sociedad mexicana por décadas. ¿Pero esto? ¿12.64 pesos en seis años? Eso es imperdonable. Necesitamos que crezcan todos, para salir adelante todos. No hay otra forma. Dividir los recursos ya existentes sin producir más es querer tapar el sol con un dedo.
Ojo: No quiero decir que todo está mal y que no hay señales positivas en la economía. Las hay y muchas. Solo digo que si no leemos bien los datos que nos presentan nos podemos quedar con una impresión falsa de lo que realmente está pasando.
Que no venga el presidente a decirnos que está haciendo bien las cosas, que se preocupa por los pobres o que estamos bien por ese 11% que publicó el INEGI. Yo tengo otros datos, también publicados por el INEGI, pero que no pintan el mundo imaginario de López Obrador.