22 de noviembre de 2024 3:39 am
OPINIÓN

Tlatelolco: a 55 años de la tragedia

Lo ocurrido en Tlatelolco fue la consecuencia del deseo del gobierno mexicano por controlar y minimizar todo por lo que estaba pasando el país, al no proveer las condiciones dignas para sus ciudadanos...

A 10 días de la inauguración de los Juegos Olímpicos en la Ciudad de México, sucedió uno de los hechos más oscuros perpetrado por el Estado mexicano; ese día en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco -ubicado en dicha ciudad- cientos de estudiantes y civiles que se encontraban concentrados en un movimiento estudiantil fueron brutalmente reprimidos por las fuerzas gubernamentales, dando como resultado en una cantidad desconocida de muertos y heridos.

Ahora están por cumplirse 55 años de este oscuro capítulo en la historia de nuestro país, y ha dejado una serie de consecuencias y reflexiones que no se pueden dejar atrás, y esa es la razón por la cual se tendrá un breve recorrido por los hechos suscitados; y con ello se analizarán las consecuencias que ha dejado en la actualidad de nuestro país, así como también sus repercusiones en el panorama internacional.

Dentro del contexto, la tragedia se suscitó en medio del apogeo de la Guerra Fría, pero México se encontraba experimentando una serie de contundentes cambios a nivel político y social; entre las que destacan las demandas por la democratización y la justicia social a través de los movimientos sociales, entre ellos el más destacado en su momento los movimientos estudiantiles.

El movimiento estudiantil en México, caracterizado principalmente por luchar por los derechos y la democratización provocó una fuerte tensión contra su propio gobierno, si bien el país se encontraba por recibir los Juegos Olímpicos -y con ello se encontraría en el centro de atención en el mundo- pretendía demostrar al mundo su modernidad y estabilidad. Si bien la organización de los primeros Juegos Olímpicos en América Latina fue un éxito quedará marcada para siempre por el sombrío contexto de la situación del país.

Lo ocurrido en Tlatelolco fue la consecuencia del deseo del gobierno mexicano por controlar y minimizar todo por lo que estaba pasando el país, al no proveer las condiciones dignas para sus ciudadanos y con ello más situaciones similares terminarían por suceder. Tras los hechos suscitados se trató a la situación como un enfrentamiento entre los bloques y evitó el tema a pesar de la magnitud del mismo. Y no fue hasta que la presión se hizo presente para que este evento tuviera  que reconocerse, presión misma que fue posible gracias a los múltiples testimonios de las incontables víctimas de esta tragedia.

A nivel internacional la Matanza de Tlatelolco generó demasiada conmoción e indignación, en donde muchos Estados se pronunciaron al preocuparse sobre la violación de los derechos humanos suscitados por el propio gobierno, además de la brutalidad con la que ésta fue ejercida; este momento de la historia de nuestro país manchó por completo  la reputación al erosionar la confianza en el compromiso por los derechos humanos, además de que no sería la única ocasión.

La Matanza de Tlatelolco del 2 de octubre de 1968 es un triste recordatorio de que las aspiraciones sociales que pretendan cambiar el dinamismo político -o al menos hacerlo más visible- puedan verse menospreciadas por el autoritarismo -en cualquiera de sus variantes, ideologías y contextos-. La percepción de nuestro país en materia de derechos humanos sigue siendo cuestionable en la actualidad, a pesar de que se cuentan con buenas relaciones diplomáticas y el país ha destacado por su iniciativa en el panorama internacional.

Podemos concluir que el Estado mexicano se encuentra bastante lejos de solidificar una armonía en los derechos humanos y su población se encuentra sufriendo las consecuencias de estas malas prácticas, además de que se especula que la situación se tomará en serio hasta que suceda otra tragedia similar. Situación misma que nos señala la interconexión entre los asuntos internos del país y su posición en la comunidad internacional, recordando que la estabilidad interna es esencial para la presencia en la misma.

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