El primero de Octubre el gobierno de Estados Unidos se cerro oficialmente, debido al fracaso del congreso por aprobar la Ley de Gastos. Esta ley busca extender el financiamiento federal para que servicios y programas como Medicaid (atención médica para personas de bajos recursos), el pago de salarios a funcionarios públicos y militares, y otros beneficios puedan seguir funcionando. Sin embargo, el cierre del gobierno implica que estos servicios se ven interrumpidos: por ejemplo, Medicaid detiene la cobertura médica por falta de fondos, y los salarios no se pagan porque no hay presupuesto. Aunque no todos los servicios paran; quienes trabajan en áreas esenciales, como la seguridad pública (DHS, ICE, BP, TSA), correo (USPS) y el control aéreo, siguen laborando, aunque quizás sin recibir sueldo mientras dure el cierre.
Cierres del gobierno y poder político
Es importante notar que el cierre del gobierno se hizo posible con la Ley de Control Presupuestario y de Incautación de 1974. Desde entonces han ocurrido alrededor de 10 cierres totales del gobierno en 51 años. Inicialmente usados por falta de acuerdo sobre gastos, en años recientes los cierres se usan políticamente para forzar concesiones entre partidos. Un ejemplo clave fue de diciembre de 2018 a enero de 2019, cuando el gobierno de Donald Trump cerró por 35 días debido al desacuerdo sobre si financiar o no el muro fronterizo con México.
En esta ocasión, el cierre se ha debido a que los Demócratas buscan mantener el financiamiento de programas como Medicaid, por lo que a pesar de que los republicanos tienen el control sobre el congreso y la Casa Blanca, se necesitan 60 votos para poder pasar un presupuesto (los Republicanos solo lograron obtener 55 a favor).
Polarización y ausencia de negociación real
La creciente polarización política en Estados Unidos ha transformado una herramienta fiscal y presupuestaria en un arma política para ejercer presión y coerción entre partidos, provocando problemas económicos y reflejando conflictos estructurales mucho mayores. Desde el cierre de 2019, han ocurrido episodios similares o amenazas debido a la falta de negociación entre ambos lados.
Durante este cierre, los políticos estadounidenses han estado más pendientes de como les afecta este cierre a ellos y como culpar al otro lado del cierre que por buscar una conciliación para poder pasar un nuevo presupuesto. Mientras que los Demócratas no están dispuestos a ceder y decir que ellos son quienes buscan negociar; los Republicanos han buscado manejar la narrativa de que todo es culpa de sus contrincantes. Todo mientras no se crea un esfuerzo real por negociar un acuerdo que ambas partes puedan votar; y programas de asistencia alimentaria como SNAP o de salud como Medicaid estén sin funcionar en limbo. Porque no importa que ambos declaren que lo hacen por el bien del pueblo estadounidense, el principal beneficio que se busca dentro de esta disputa es el poder político.
Consecuencias y riesgos de la polarización
Vemos como no solo es una diferencia de opiniones, es un cambio radical de ver a los adversarios políticos como enemigos que derrotar a toda costa. ¿Porqué es necesario llegar a un cierre total del gobierno con tal de ganar una batalla política? Jugar con la vida diaria de las personas, el impacto que tiene sobre servicios y programas federales, e incluso sobre temas de seguridad cada vez es mayor. Puede que esto este sucediendo ahora en Estados Unidos, pero esta situación no es exclusiva de este país. Cada vez es más común en todo el mundo que la polarización política cause daños estructurales a los gobiernos por el “ganar”, por “tener la razón”. Hasta que punto va a llegar esta situación, cuando sera suficiente; tal vez cuando ya no quede nada por lo que pelear ya que este camino solo lleva a la destrucción mutua.








