15 de junio de 2025 10:42 pm
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OPINIÓN

Hay que cabildear en el Capitolio

Desde entonces, no existe un grupo organizado de legisladores estadounidenses, organismos del sector privado y empresas que respalden la postura de México en Washington, y sobre todo en el Capitolio...

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Por Jorge Molina Larrondo


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Una de las grandes lecciones que dejó el proceso de negociación y aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) -tanto al gobierno federal como al sector privado mexicano- fue la importancia del cabildeo en los Estados Unidos, y en especial en la ciudad de Washington, tanto con el poder legislativo como con el ejecutivo. Hoy en día, el cabildeo no es sólo una industria que genera más de 3,000 millones de dólares anuales, pero que se vuelve más especializada y competitiva ante las exigencias de clientes que proceden de todo el mundo.

Un cabildero no es lo que llamamos un coyote y menos un gestor. El objetivo de contratar a un cabildero es lograr influir en las decisiones de los principales tomadores de decisiones y es un juego que practican todos los días las grandes empresas, las asociaciones y cámaras industriales, las ligas de todos los deportes que se practican profesionalmente en Estados Unidos, organizaciones no gubernamentales (ONGs), gobiernos estatales y extranjeros. Y todos aquellos que se presentan como cabilderos, deben estar registrados ante el Departamento de Justicia, el que lleva un registro de sus actividades, de sus clientes y los montos devengados en cada caso.

Al inicio del proceso de negociación del TLCAN, el gobierno del presidente Salinas contrató a siete oficinas de cabildeo para que trabajaran en Washington y en otras ciudades del país, de modo de generar una plataforma que generara una imagen positiva de México y posteriormente sirviera como ariete para promover el texto negociado, sobre todo en la Cámara de Representantes, donde había mayor oposición. Y conforme avanzó la negociación, retuvo a tres: una para que ayudara a generar la estrategia general, otra para trabajar con legisladores demócratas y otra para trabajar con diversos organismos a nivel estatal.

La coalición en favor de México que se generó a lo largo de 1991 y 1992 no resultó prioritaria para el gobierno del presidente Zedillo, eventualmente se desintegró y ningún presidente ha sido capaz de revivirla. Desde entonces, no existe un grupo organizado de legisladores estadounidenses, organismos del sector privado y empresas que respalden la postura de México en Washington, y sobre todo en el Capitolio, de donde emanan las leyes. De ahí que no debe resultar una sorpresa los ataques en contra de nuestro país, sobre todo de los republicanos que siguen la línea establecida por Trump.

Además del trumpismo, otro factor que genera muchos ataques contra México -y muchas veces con argumentos falsos- es la enorme división que existe en ambos partidos políticos, sobre todo entre los republicanos. La necesidad de posicionarse de muchos legisladores les lleva a declarar, o asumir posiciones, muy cuestionables. Y mientras no haya alguna voz que cuestione dichas posturas o hable en favor de nuestros intereses, esas opiniones continuarán expandiéndose.

Hoy en día, el tema más apremiante en el Capitolio es la aprobación del presupuesto federal 2024 y México está en el centro de la discusión. Luego de aprobarse la extensión hasta el 17 de noviembre, y no haber logrado entonces aprobar el presupuesto, se aprobó una segunda extensión hasta el 19 de enero para discutir las partidas de agricultura, energía, transporte y construcciones militares. Las otras ocho partidas – defensa, comercio, servicios financieros, medio ambiente, trabajo, poder legislativo, relaciones exteriores y seguridad interna- se deberán aprobar ahora a más tardar el 2 de febrero, donde uno de los temas principales es el monto y las acciones para reforzar la seguridad en la frontera con México.

Los republicanos de extrema derecha exigen implementar nuevamente las medidas que Trump aplicó en la frontera y aumentar significativamente el presupuesto para continuar la construcción del muro fronterizo. De lo contrario, los republicanos amenazan con detener el paquete de ayuda a Ucrania y Taiwán y el gobernador (republicano) de Texas, Greg Abbott, puede implementar nuevos obstáculos a las exportaciones mexicanas. De ahí la necesidad inmediata de cabildear nuevamente en el Capitolio.

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