La aparición de la candidata presidencial de la coalición «Sigamos Haciendo Historia», Claudia Sheinbaum, en mítines acompañada por dos políticos con historial en partidos contrarios al suyo ha desatado una polémica. Estos políticos, Eugenio Hernández y Maki Ortiz, actualmente son abanderados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) para el Senado. La controversia se centra en la apertura del Partido Verde hacia figuras que no son parte del proyecto de transformación promovido por la 4T, lo que ha generado inconformidad entre los simpatizantes de Morena.
Durante los mítines en Tamaulipas, se escucharon consignas en contra de la presencia de estos políticos, etiquetados como «chapulines», reflejando el rechazo hacia la inclusión de perfiles ajenos al movimiento en la campaña de Sheinbaum. Sin embargo, líderes estatales y nacionales de la 4T han defendido estas candidaturas, argumentando que es importante confiar en los resultados de las encuestas y en la voluntad del pueblo para elegir a los candidatos más viables.
La justificación de Sheinbaum ante las críticas internas de Morena se basa en la necesidad de captar votos, respaldando así la inclusión de Hernández y Ortiz en la campaña. El líder del PVEM en Tamaulipas afirmó que la invitación a estos candidatos responde a la estrategia de obtener una mayor cantidad de votos en la entidad, cumpliendo así con la solicitud de Sheinbaum de aumentar el respaldo electoral en el estado.
Las críticas hacia Eugenio Hernández y Maki Ortiz tienen fundamentos sólidos, especialmente en relación con su pasado político y su relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador. Hernández, exgobernador de Tamaulipas, ha sido señalado por su participación en presuntos fraudes electorales y su relación con figuras políticas controvertidas, como Elba Esther Gordillo. Por otro lado, Ortiz ha sido identificada como una promotora del expresidente Felipe Calderón, lo que genera desconfianza dentro de la 4T.
La controversia evidencia las tensiones internas dentro de la coalición «Sigamos Haciendo Historia» y la necesidad de equilibrar entre la búsqueda de votos y la coherencia ideológica. La inclusión de políticos con historial en partidos opuestos plantea interrogantes sobre la verdadera naturaleza del proyecto de transformación impulsado por la 4T y sus aliados.
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