Estamos cada vez más cerca del día que determinará el futuro de nuestro país los próximos 6 años; sin duda alguna, no es una decisión que deba ser tomada a la ligera. Entre más nos acercamos al tan esperado y, un tanto temido, 2 de junio hemos podido observar cada vez con mayor claridad los proyectos, intenciones, y propuestas que las y el candidato a la presidencia tienen. Sin embargo, en esta ocasión me gustaría que nos centráramos en una sola idea, que ha sido disfrazada de propuesta en las últimas semanas.
Seguramente, aun sin querer, te has topado, ya sea al escuchar el radio, viendo la televisión o pasando tiempo en redes sociales con un spot, muy específico, que Claudia Sheinbaum y su equipo se han encargado de difundir hasta el cansancio. El famoso spot al que me refiero es aquel en el que se hace referencia y se explica el famoso “Plan C”.
En caso de que hayas tenido la suerte de todavía no ver o escuchar el spot al que me refiero, retomemos qué es el Plan C. En pocas palabras, y en palabras de la misma Claudia Sheinbaum, el Plan C se refiere a “votar todo Morena para tener mayoría calificada en el Congreso y aprobar las reformas de la Cuarta Transformación”. Así mismo, asegura que “la intención de este Plan es tener más bienestar, más democracia, y más justicia”
¿Por qué plan C? Fue lo primero que pensé cuando lo escuché. Lo primero que concluí fue que debía ser el Plan C, porque claramente no es su primer intento de salirse con la suya y construir un país autoritario. En estos años se pudieron dar cuenta de que México cuenta con una ciudadanía y democracia mucho más fuertes de lo que imaginaban, por lo que no pudieron destruir como hubieran querido.
Durante casi 6 años ya, desde Palacio Nacional, y no olvidemos que también desde el Congreso de la Unión por parte de Morena, se han generado cientos de ataques con el objetivo de debilitar e inclusive destruir instituciones que han garantizado libertad y democracia, tales como el INE. Sin embargo, se pudieron dar cuenta de que somos más los que reprochamos este tipo de prácticas e intenciones, somos más los que queremos pluralidad y diálogo, los que realmente entendemos lo que democracia significa y los que estamos dispuestos a protegerla.
Ahora bien, no necesitamos pensar mucho en cuáles son las intenciones del Plan C para entenderlo, su nombre lo dice, Plan C de centralización. Esta forma de hacer campaña no es nueva, Andrés Manuel la implementó en el 2018; sin embargo, ¿no te parece cínico que hasta nombre le hayan puesto y lo vendan como una propuesta de campaña?, ¿qué más necesitamos para ver que Morena no tiene intención de dialogar?
Nos parece un chiste a veces, pero no lo es. Debemos dejar de normalizar este intento de manipulación y cinismo, esto no es algo para tomarse a la ligera, sino que es algo que deja ver el claro peligro en el que está nuestro país.
¿Por qué es un peligro? Bueno, la centralización implica, entre otras cosas, la desaparición de poderes, y los poderes son precisamente importantes para que las decisiones del país no recaigan en una sola persona, que tiende a ser el presidente.
Mira, te voy a poner 4 ejemplos, si el Plan C hubiera sido una realidad en el último año, hoy no existiría el INAI, los ministros de la Suprema Corte de Justicia serían elegidos por voto popular, al igual que los consejeros del Tribunal Electoral (Dime tú, ¿cómo las personas encargadas de determinar un fraude electoral y dictar las reglas electorales serían parciales si ellos mismos hicieran campaña?), y, cuarto, no existiría el CONEVAL que es el organismo que mide objetivamente la pobreza.
Muchos podrían decir que esos cambios “no son tan graves”, en ese caso vayamos un paso más allá ¿Qué pasaría si al presidente se le antoja reelegirse y gobernar 12 años, o más, como presidente? La respuesta inmediata sería “no puede hacer eso porque la constitución no lo permite” Entonces ahí viene el truco. Si Morena tuviera mayoría calificada (las famosas dos terceras partes que pide en su spot) en el Congreso y la mayoría de las legislaturas estatales, podría cambiar la Constitución como quisiera, inclusive aprobando la reelección presidencial. Muchos otros dirían “bueno, pero todavía está la Suprema Corte para impedirlo” Y entonces tendríamos que preguntarnos “¿Y si no estuviera?” Este gobierno ya reconoció abiertamente que le daba instrucciones, durante su gestión, al exministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, quien cabe resaltar, hoy muy quitado de la pena forma parte de la campaña de Claudia.
Además, como lo acabo de mencionar, otra de las propuestas es que los ministros sean elegidos por el voto popular, entonces, ¿qué pasaría si los ministros, al igual que los legisladores y el presidente fueran de un solo partido?
Esto es peligroso en cualquier país, con cualquier gobierno; sin embargo, es especialmente peligroso en un gobierno que ha demostrado tan abiertamente tener la intención de desaparecer a toda institución que no se arrodille ante ellos. Este gobierno ha destruido más de lo que ha construido, no te vayas con la finta; si tienen la oportunidad, van a destruir tu libertad y tu democracia. Tenemos que salir a votar.
Es falso que un partido necesite todo el poder para hacer cambios, ahí tienes el ejemplo de los programas sociales, hoy son un derecho constitucional porque varios partidos los votaron; es falso que se necesita todo en manos de unos cuantos para que el cambio pase. A mí en lo personal el Plan C me indigna, y honestamente pienso que nos debería de indignar a todos.
La democracia es diálogo y pluralidad, que nunca que nos olvide.
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