22 de diciembre de 2024 2:32 am
OPINIÓN

El último error

...Israel se está quedando sin soporte en el globo y todo apunta a que no recuperará aliados si continúa con su política extremista y de exterminio contra el pueblo palestino. Estados Unidos de América debe evaluar con sumo cuidado la situación...

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Por Niels Rosas Valdez


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El gobierno del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ordenó hace unos días la invasión a la ciudad de Rafah, en la Franja de Gaza, colindante con Egipto. Tras pocas horas, las fuerzas militares israelíes lograron capturar el espacio, aumentando su presencia militar en el territorio palestino. ¿Qué implicaciones tiene esta situación?

Han transcurrido poco más de siete meses desde el inicio de la guerra entre Israel y la Franja de Gaza. Es una situación delicada que pone en jaque a los principales beligerantes, pero también a la región, por la crisis que ha detonado en el Medio Oriente. Conocemos la historia: varios israelíes fueron secuestrados por el grupo Hamás como retaliación de la ocupación militar israelita en el territorio palestino, por lo que Mosad respondió de manera enérgica, atacando sin miramientos con misiles a los palestinos.

Israel señaló que los ataques hacia la Franja de Gaza obedecían al ejercicio de la defensa legítima de su territorio. No obstante, la manera tan desproporcionada con la que respondió dista mucho de lo que es una defensa legítima, pues no sólo derribó miles de edificios, sino que ha asesinado a decenas de miles de palestinos con sus balas, misiles y ese polvo blanco prohibido. De la misma manera, fue tan incontrolable la despavorida respuesta de Tel Aviv que incluso llegó a matar a personas de organizaciones no gubernamentales internacionales y personal de la Organización de las Naciones Unidas que se encontraba en la zona como parte de sus actividades humanitarias.

A pesar del rechazo y condena internacionales que recibió Israel por esta situación, poco o nada le importó al gobierno de Netanyahu. Al contrario, parece que este rechazo en muchas partes del globo ha alimentado la visión y el propósito de Tel Aviv: eliminar a Hamás y a los palestinos. Es claro que el primer ministro quiere acabar con el grupo considerado terrorista, pero en su camino no se ha detenido por velar por la seguridad de los demás ciudadanos.

Los asesinatos que ha cometido el ejército israelí son considerados daños colaterales y no representan mayor preocupación para su comandante máximo, incluso se han reportado ataques directos particularmente hacia infantes y mujeres. No es fortuito que estos dos grupos sean los blancos de la milicia de Israel, puesto que, si se busca eliminar a los palestinos, acabar con las infancias y las féminas gestoras significa un paso sin escrúpulos para ello.

Ahora la campaña militar israelí se ha dirigido a Rafah, a pesar de la condena internacional cada vez más amplia y directa hacia el país de la estrella de David. Por si fuera poco, la advertencia de Washington a Tel Aviv para no atacar a la ciudad palestina, emitida por el presidente estadounidense, no fue suficiente para que Netanyahu suspendiera la operación. “Si Israel es forzado a quedarse solo, Israel se mantendrá solo”, fueron las palabras del mandatario israelí, lo que evidencia que ni el posible rechazo de su aliado más importante podría detener la misión del gobierno israelita.

¿Qué le deparará a Israel? Sus actos contra el pueblo palestino han generado más ecos en el globo ahora y se suman a las atrocidades que ha efectuado al paso de las décadas, con las guerras contra el Mundo Árabe en la región en las que ha participado, con la violencia sistemática ejercida hacia los palestinos, con las matanzas indiscriminadas y el genocidio que comenzó oficialmente desde 1947.

Hoy en día hay más consciencia de la situación entre Israel y el pueblo palestino. Las protestas en muchos puntos del mundo en la que han participado estudiantes, universidades, gobiernos, empresas, etc., ha mostrado el hartazgo colectivo ante la impunidad de la que ha gozado el Estado israelita desde su origen. Actualmente, más países están dispuestos a reconocer a Palestina como Estado, al mismo tiempo que aumenta el rechazo internacional al gobierno israelí. Incluso se han presentado rupturas diplomáticas con el Estado, como es el caso de Colombia, y una condena severa, como lo ha señalado Brasil, Chile, España, Noruega y Sudáfrica, por decir algunos ejemplos.

Es evidente que Israel se está quedando sin soporte en el globo y todo apunta a que no recuperará aliados si continúa con su política extremista y de exterminio contra el pueblo palestino. Estados Unidos de América debe evaluar con sumo cuidado la situación: seguir apoyando a su aliado mientras muchos países lo abandonan, o mostrar una postura más firme de rendición de cuentas que disuada a Tel Aviv de prolongar sus acciones agresivas y desapegadas del derecho internacional. El mundo está viendo muy de cerca lo que hacen estos actores y está claro que lo recordará para la posteridad.

Artículo originalmente publicado en www.lalupa.mx

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