El presidente Andrés Manuel López Obrador evitó pronunciarse este viernes sobre los recientes enfrentamientos violentos en Culiacán, Sinaloa, que involucraron a civiles armados y al Ejército. Durante su conferencia mañanera, se centró en la historia del periodismo en México y críticas a la prensa actual, dejando de lado los hechos ocurridos en el norte de Culiacán, donde se registraron quema de vehículos y bloqueos en las carreteras.
El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, fue visto llegando a Palacio Nacional poco después, donde aseguró que «el estado está tranquilo» y que el enfrentamiento fue un incidente aislado entre una patrulla del Ejército y un grupo de personas armadas. Rocha Moya instó a la población a mantener la calma, afirmando que la situación está bajo control y se está atendiendo fuera de la ciudad.
El incidente, que incluyó la quema de vehículos y bloqueos, ha generado rumores en redes sociales sobre la posible captura de Iván Archivaldo Guzmán, hijo de Joaquín «El Chapo» Guzmán, lo que llevó a algunos a referirse a estos eventos como el «Culiacanazo 3.0». Este sería el tercer enfrentamiento significativo en Culiacán durante el sexenio de López Obrador, luego de las capturas y posteriores enfrentamientos en 2019 y 2023.
Estos hechos resaltan la tensión continua en la región y la complejidad de la lucha contra el crimen organizado en México, mientras el gobierno federal se enfrenta a la difícil tarea de mantener el orden en medio de crecientes desafíos de seguridad.