26 de diciembre de 2024 8:18 pm
OPINIÓN

Cuando huir es la única opción | Análisis Dual

Nos hemos permitido una dinámica en la que observamos la migración desde sus números, como fenómeno, inclusive, nos hemos permitido tener conversaciones en torno a si estamos “a favor o en contra”...

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¿Alguna vez haz sentido la necesidad de huir del lugar en el que estás? Muchos contestarán que sí a esa pregunta, es un sentimiento que la gran mayoría hemos experimentado alguna vez en la vida; sin embargo, es muy probable que ese primer ejemplo que llegó como relámpago a tu memoria, no incluyera el huir de tu país.

Una de las definiciones específicas de huir es “alejarse de prisa por miedo para evitar un daño”, y es que son tantos los temas que a diario se abordan en nuestro país y en los medios que, en muchas ocasiones, no nos detenemos a reflexionar lo que realmente significan las palabras.

La migración es uno de esos temas a los que le hemos arrancado su dimensión humana como resultado de la abrumadora velocidad con la que estamos informados de todos los sucesos día con día.

Nos hemos permitido una dinámica en la que observamos la migración desde sus números, como fenómeno, inclusive, nos hemos permitido tener conversaciones en torno a si estamos “a favor o en contra” como si se tratara siempre de una decisión que se toma por preferencias.

La migración no son números, la migración no es una negociación, la migración es una realidad y más, importante, la migración se ha convertido en una necesidad para millones de personas alrededor del mundo.

Es cierto que mucha gente toma la decisión de dejar su país, pero es aun más cierto que vivimos en un momento en el que una inmensa mayoría tiene que huir de su país.

¿Puedes imaginar tener que dejar todo lo que tienes, tu tierra, a tu familia, el lugar que te vio crecer, un lugar que te pertenece por miedo?

¿Puedes imaginar que sea mayor el miedo de quedarte en ese lugar al que llamas hogar, que el miedo a atravesar países completos enfrentándote a los innumerables riesgos que el crimen genera, inclusive, enfrentándote a tu muerte misma o a la de tus seres queridos?

El próximo martes 5 de noviembre se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Conforme más se acerca la fecha, más enfática se vuelve la preocupación en torno a las futuras políticas de migración que se implementarán, especialmente en el caso en el que uno de los candidatos, Donald Trump, se ha mostrado más radical que nunca en el tema.

Ante este torbellino de comentarios y contenidos, una parte importante del diálogo y el análisis cotidiano analiza los impactos económico, laboral y social de la migración, los cuales son profundamente importantes; sin embargo, resulta trascendental que no nos permitamos abandonar la dimensión humana que debe tener toda política en la materia.

Se necesita diseñar una política que permita mejores resultados tanto para las naciones receptoras, como para las personas migrantes. Esta política jamás podrá ser correctamente diseñada si no analizamos todas las dimensiones de la migración.

En este momento de profunda controversia y coyuntura, te invito a que no caigamos en esta trampa de considerarnos lejanos a esta realidad, de ver a las personas como números y permitir discursos que no solo dañan la integridad de la sociedad, sino que insultan nuestra humanidad.

La migración es una decisión que cambia por completo la vida y calidad de vida de las personas, en muchas ocasiones para bien y en muchísimas otras para mal.

El éxito de todo gobierno y de toda acción de gobierno reside, en gran medida, en su capacidad de entender la realidad y resolverla de manera empática, eficiente y conciliadora. El único camino que le convendrá siempre a todas las naciones, es aquel que comprende el valor de la humanidad.

El problema no es la migración, el problema es la falta de políticas públicas integrales que garanticen la prosperidad y bienestar de todos y todas sin excepción alguna; esto, de la mano de la falta de voluntad política para diseñar un esquema mucho más funcional.

Son muchos los retos que tendremos que enfrentar sin importar cuál sea el resultado electoral de nuestro país vecino. Sin embargo, independientemente de ello, es imprescindible que instemos a nuestro gobierno a diseñar medidas más humanas, integrales y eficientes que contemplen todas las dimensiones de esta realidad, llamada migración.

Al centro de su análisis como fenómeno económico, político y social hay que tener primero la empatía de entender que las personas migrantes no pueden ser vistas multitudes, sino como personas que en su individualidad tienen una historia que los está llevando a dejar su hogar y tienen los mismos derechos humanos que todas y todos. Te invito a que juntos continuemos este análisis dual.

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