El futbolista español Kike Salas, formado en la cantera del Sevilla, enfrenta una grave acusación de amaño en el fútbol. Según investigaciones de la Policía Nacional, el jugador habría provocado tarjetas amarillas de manera intencional para beneficiar económicamente a personas cercanas mediante apuestas deportivas.
Las autoridades detectaron que amigos y familiares del deportista realizaron cerca de 30 apuestas en establecimientos de Morón de la Frontera, obteniendo alrededor de 10,000 euros en ganancias en un solo mes. El jugador fue detenido durante un entrenamiento del Sevilla, lo que ha generado conmoción en el mundo del deporte.
La investigación se centra en las últimas jornadas de la temporada 2022-23, donde Salas acumuló amonestaciones sospechosas. Aunque los informes arbitrales describen sus faltas como propias del juego, los patrones de apuestas han levantado dudas sobre su integridad.
Este caso recuerda otros escándalos en el fútbol internacional, como el Calciopoli en Italia y amaños en LaLiga. La situación pone nuevamente en el foco la necesidad de fortalecer los mecanismos de control para preservar la limpieza en el deporte.
