31 de enero de 2025 1:59 pm
OPINIÓN

La vulnerabilidad de la economía mexicana.

Más del 80% de nuestras exportaciones son para Estados Unidos, del que somos su principal proveedor desde finales del 2023, y de esa cantidad, alrededor del 70% son materias primas y bienes intermedios...

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En medio de las amenazas de Trump en contra de México, Canadá y China de aplicar aranceles – impuestos aplicados a los bienes y servicios que se comercian, a diferencia de las tarifas, que son los precios que se pagan por los bienes y servicios que provee el gobierno – y de los esfuerzos que al parecer realiza el equipo de Claudia Sheinbaum para evitarlos, destaca la vulnerabilidad de la economía mexicana ante esta situación y lo que parece ser un entorno con pocas alternativas para defendernos. De acuerdo con datos oficiales, somos la 14ª economía más grande del mundo, con un PIB superior a 1.46 billones (millones de millones) de dólares, aunque eso es sólo un 5% del PIB de Estados Unidos, valuado en 25.43 billones de dólares. China es la segunda economía, con un PIB valuado en 14.72 billones de dólares y Canadá la novena, con una economía valuada en 2.16 billones de dólares en 2024.

Más del 80% de nuestras exportaciones son para Estados Unidos, del que somos su principal proveedor desde finales del 2023, y de esa cantidad, alrededor del 70% son materias primas y bienes intermedios que se utilizan en la producción. Un arancel a las exportaciones tendría efectos distintos en cada sector, de acuerdo a la elasticidad de demanda por nuestros productos. Las exportadoras de autopartes y de componentes para otras manufacturas, en especial las que cuentan con las certificaciones de proveedor confiable que cumplen con las normas requeridas por sus clientes, serían las que enfrentarían los aumentos más severos en los costos de producción, a diferencia de otras empresas con una mayor elasticidad de demanda que cuentan con productores sustitutos que pueden intervenir en el corto plazo. Ante esta situación, el aumento en el costo de los productos mexicanos disminuirá la demanda de nuestras exportaciones, aunque el costo lo pagarán los consumidores de Estados Unidos, pero México enfrentará una caída en sus ingresos por exportaciones.

Una situación similar enfrentan los productores agrícolas. La demanda por nuestros productos enfrenta una demanda muy inelástica pues no sólo tienen sabor, consistencia y calidad que hacen que los consumidores estadounidenses los prefieran, pero además cumplen con todas las medidas sanitarias y fitosanitarias que establece el departamento de Agricultura (USDA) y la administración de Medicamentos y Alimentos (FDA), por lo que aunque existan sustitutos que puedan tomar su lugar en los anaqueles, no así en las preferencias de los consumidores que tendrán que pagar precios más altos.

La caída en las exportaciones a Estados Unidos podría paliarse si hubiesen otros mercados para nuestros productos, pero el problema es que están elaborados para cumplir con las normas y requisitos de desempeño del mercados de la Unión Americana, los que no son iguales a los de la Unión Europea o Japón, con quienes también tenemos tratados de libre comercio. Y presentar una queja ante la OMC sería una pérdida de tiempo, tanto porque el organismo sigue siendo objeto del sabotaje iniciado por Trump hace ocho años, como por la pérdida de influencia de México en Ginebra, a raíz de que el gobierno de López Obrador cerró la oficina de representación.

México también se ha quedado sin aliados que lo apoyen, a raíz de la política internacional que ha seguido la 4T, abandonando los foros internacionales e identificándose con gobiernos de populistas de izquierda que incluso son considerados como antagonistas por el gobierno de Estados Unidos. Canadá nunca ha sido considerada como una aliada potencialmente muy importante para enfrentar a Estados Unidos, y Canadá tampoco ha fomentado un acercamiento con México, en tanto que somos su principal competidor en su mercado más importante. Y en el caso de la Unión Europea, las fricciones generadas por el gobierno anterior desde el 2022 con el parlamento europeo – debido a la queja enviada por un grupo de parlamentarios demandando mayor seguridad para los periodistas en México – y con España, han generado problemas innecesarios.

El surgimiento de gobiernos de derecha en algunos países de América Latina y los coqueteos con el gobierno de Xi Jinping nos han terminado de aislar. Esta es una situación que debería hacer reflexionar al gobierno si es posible continuar con la política de asignar áreas clave del gobierno, como las secretarías de Relaciones Exteriores y de Economía, a personas que no tienen la experiencia o la memoria histórica necesaria, aunque sean – o se digan – simpatizantes de Morena.

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