Este miércoles, la Casa Blanca decidió rescindir la orden de congelar todas las ayudas y préstamos federales, una medida que había causado gran incertidumbre y desorden, afectando incluso los sistemas de pago del programa Medicaid. La orden, firmada la víspera, había generado críticas y preocupaciones sobre su impacto en diversas áreas, como los préstamos estudiantiles, la asistencia alimentaria y la investigación sanitaria.
La decisión de congelar estos fondos fue impulsada por la Administración Trump, que argumentaba que era necesario asegurar que todos los fondos federales se ajustaran a las recientes órdenes ejecutivas, que incluían restricciones para personas transgénero y recortes en programas de diversidad. Sin embargo, la medida amenazaba con poner en riesgo el financiamiento de sectores clave, incluidos programas de apoyo a veteranos y personas con discapacidad, además de la ayuda a zonas afectadas por desastres naturales como los incendios en California y las inundaciones en Carolina del Norte.
El impacto de la orden fue rápidamente frenado por un juez federal, quien bloqueó su implementación temporalmente por una semana. Aunque la Casa Blanca había expresado su disposición a pelear la medida en los tribunales, el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer, celebró la reversión de la orden, destacando que los estadounidenses habían logrado frenar una política que habría tenido consecuencias negativas para muchas personas y programas clave.