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Arturo Damm Arnal
Economista y filósofo, profesor universitario y autor de múltiples libros, con una destacada carrera como comentarista en medios.
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El problema económico de fondo es la escasez: no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis. Condiciones que deben cumplirse para minimizarla: que se produzca la mayor cantidad posible de bienes y servicios; que se ofrezcan al menor precio posible. Lo primero está relacionado con el crecimiento, lo segundo con la inflación (de hecho con la deflación), y ninguna de las condiciones está dada en la economía mexicana: el crecimiento es bajo y la inflación elevada (cualquier inflación es elevada). Hoy centro la atención en el crecimiento, mañana en la inflación.
El crecimiento de la economía se mide con el comportamiento de la producción de bienes y servicios, relacionada con el empleo (para producir alguien debe trabajar), y el ingreso (a quien trabaja se le paga), empleos e ingresos que son condiciones del bienestar, sobre todo si ha de ser, como corresponde con la dignidad de la persona, resultado de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo.
En términos generales la historia del crecimiento de la economía mexicana puede dividirse en dos etapas. Primera, de 1935 a 1981, de crecimiento elevado, 6.17% en promedio anual. Segunda: de 1982 (año en el que se perdió el crecimiento elevado), a 2024 (año en el que no se había recuperado), de bajo crecimiento, 2.10% en promedio anual, 4.07 puntos porcentuales menos, el 65.96%. Sumamos 43 años de crecimiento insuficiente para contar con una de las condiciones necesarias para minimizar la escasez y maximizar el bienestar: el mayor crecimiento posible.
En ese periodo (de 1982 a 2024), el mayor crecimiento se logró en 1979, 9.7% (en plena “bonanza” petrolera lopezportillista), y el menor en 2020, menos 8.4% (consecuencia del Covid y del cierre parcial y temporal de la economía).
¿Qué se requiere para que la economía crezca más? Si el crecimiento se mide con la producción de satisfactores, que depende de las inversiones directas, que dependen de la confianza de los empresarios, que depende de la seguridad jurídica, entonces lo que se requiere es más seguridad jurídica, mayor confianza empresarial, más inversiones directas. ¿Resultado? Más producción, menor escasez, mayor bienestar.
En diciembre de 2023 la confianza de los empresarios para invertir directamente, en escala de 0 (desconfianza total) a 100 (confianza total), fue 43.0. En diciembre de 2024 fue menor, 34.8. En octubre de 2023 las inversiones directas (instalaciones, maquinaria y equipo), crecieron, en términos anuales, 24.2%. En octubre de 2024 (último mes para el que tenemos información), decrecieron 4.5%. En el último trimestre de 2023, en términos anuales, la producción de bienes y servicios creció 2.4%. En el último de 2024 creció 0.6%. Menos confianza = menos inversiones = menos crecimiento = mayor escasez = menor bienestar.
Según el promedio de las 41 respuestas recibidas por el Banco de México en la encuesta de diciembre a los economistas del sector privado, el crecimiento promedio anual de la economía mexicana entre 2026 y 2036 será 2.02% (1.60% según la expectativa más pesimista, 2.80% según la más optimista).
Todo apunta a diez años más sin una de las condiciones para minimizar la escasez: el mayor crecimiento posible. ¿Por qué? Por falta de Estado de derecho.
Continuará.