En un operativo sin precedentes, el gobierno mexicano llevó a cabo la extradición de 29 líderes del narcotráfico a Estados Unidos, quienes estaban recluidos en cárceles nacionales. Los extraditados enfrentan cargos graves, como tráfico de drogas, homicidio, lavado de dinero y uso ilegal de armas de fuego.
Las extradiciones, realizadas bajo los acuerdos de cooperación bilateral entre México y Estados Unidos, fueron solicitadas por el Departamento de Justicia de Estados Unidos. Los líderes del narcotráfico fueron entregados a autoridades en diversas ciudades de Estados Unidos, incluidas Chicago, Houston, Nueva York, Phoenix, San Antonio y Washington, entre otras.
Entre los extraditados destacan figuras de alto perfil del crimen organizado, como Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, acusado por el asesinato del agente de la DEA Enrique «Kiki» Camarena, y Antonio Oseguera Cervantes, alias «Tony Montana», operador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). También fueron extraditados Miguel Ángel Treviño Morales, alias «el Z-40», líder de Los Zetas; Vicente Carrillo Fuentes, conocido como «el Viceroy» y líder del Cártel de Juárez; y José de Jesús Méndez Vargas, el «Chango», líder de la Familia Michoacana.
Las autoridades mexicanas informaron que el traslado de los narcotraficantes se realizó sin mayores contratiempos, subrayando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen organizado.
Cooperación bilateral y compromiso con la justicia
Ante las extradiciones, el gobierno de Estados Unidos resaltó la relevancia de la colaboración con México. La fiscal general de Estados Unidos, Pamela Bondi, señaló que los extraditados serán enjuiciados con todo el peso de la ley, reiterando el compromiso de la administración estadounidense en la lucha contra el narcotráfico. Por su parte, el director interino de la DEA, Derek Maltz, calificó la extradición de Caro Quintero como un «momento histórico», enviando un claro mensaje de que «la justicia siempre prevalecerá».
En cuanto a las autoridades mexicanas, se destacó la primera reunión binacional de alto nivel en materia de seguridad, celebrada en Washington, D.C. Durante este encuentro, ambas naciones reafirmaron su compromiso de colaborar bajo los principios de responsabilidad compartida, confianza mutua y respeto a la soberanía. La reunión también abordó temas clave como el combate al tráfico de drogas ilícitas, el tráfico de armas y el intercambio de inteligencia.
La delegación mexicana estuvo encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, quien estuvo acompañado por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, y otros altos funcionarios del gobierno. En representación de Estados Unidos, participaron figuras clave como el secretario de Estado, Marco Rubio, y la fiscal general, Pamela Bondi.
En un comunicado oficial, la Cancillería mexicana detalló que el intercambio de información en inteligencia y investigación será crucial para avanzar en la seguridad de ambos países, consolidando así una cooperación más estrecha entre ambas naciones en la lucha contra el crimen organizado.
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