China ha intensificado la disputa comercial con Estados Unidos al imponer aranceles del 10 al 15% a diversos productos agroalimentarios provenientes del país norteamericano. Esta medida, que entró en vigor el 10 de marzo, es una respuesta a las tarifas impuestas previamente por Washington sobre bienes chinos. Entre los principales productos afectados se encuentran el maíz, el trigo, la soja y las carnes de vacuno y porcino.
A pesar de que China sigue siendo un importante comprador de productos agrícolas de Estados Unidos, las importaciones desde ese país han disminuido en los últimos años, en favor de proveedores como Brasil, Australia y Ucrania. En el caso del maíz, por ejemplo, la nación asiática importó 13.76 millones de toneladas en 2024, de las cuales solo el 14.5% provino de EE.UU., una caída significativa en comparación con años anteriores.
El trigo y la soja también han visto reducida su participación en el mercado chino, mientras que en el sector cárnico, las importaciones de vacuno y porcino desde EE.UU. han disminuido un 4% y un 6%, respectivamente. La creciente diversificación de proveedores ha permitido que países como España, Brasil y Canadá aumenten su presencia en el comercio con China.
Este nuevo episodio en la guerra comercial entre ambas potencias podría seguir afectando a los productores estadounidenses, que enfrentan una menor demanda en uno de sus principales mercados. Entretanto, otros países exportadores buscan aprovechar la oportunidad para incrementar su participación en el abastecimiento de China.
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