Durante una reunión con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, en Pekín, el mandatario chino Xi Jinping expresó su rechazo a las guerras comerciales y al uso de aranceles, al señalar que estas prácticas perjudican gravemente el comercio internacional y el equilibrio económico global. Según la agencia estatal Xinhua, Xi sostuvo que estas medidas “socavan los derechos e intereses legítimos de todos los países” y afectan la estabilidad del sistema comercial multilateral.
El contexto de estas declaraciones es una creciente tensión comercial entre China y Estados Unidos. Recientemente, el gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, impuso un arancel del 145% a productos chinos, provocando una rápida respuesta por parte de Pekín con un gravamen del 125% sobre bienes estadounidenses. Esta escalada ha reavivado una guerra comercial que amenaza con desestabilizar aún más el entorno económico global.
En paralelo, el Ministerio de Comercio chino emitió una advertencia a otros países, exhortándolos a no comprometer los intereses de China al negociar acuerdos con Estados Unidos. Un vocero del ministerio enfatizó que China no aceptará ser sacrificada en negociaciones bilaterales y tomará represalias si considera que sus derechos están siendo vulnerados.
Pese a este panorama tenso, Xi Jinping destacó la relación bilateral con Azerbaiyán como ejemplo de cooperación estable, subrayando que ambos países han mantenido vínculos estrechos incluso en un entorno internacional cambiante.