Petróleos Mexicanos (Pemex) inició el 2025 con una pérdida neta de 43,329 millones de pesos durante el primer trimestre, revirtiendo el resultado positivo de 4,682 millones registrado en el mismo periodo del año anterior. Esta caída se dio en un contexto de reducción de ingresos totales, los cuales descendieron 2.5% interanual, ubicándose en 395,590 millones de pesos.
De acuerdo con la empresa, la merma en ventas, el aumento en diversos gastos —como administrativos y financieros—, así como una pérdida cambiaria de más de 15 mil millones de pesos, impactaron significativamente los resultados. A pesar de ello, Pemex destacó que logró compensar parcialmente estos efectos mediante la reducción del costo de ventas, que cayó 13% a 286,575 millones de pesos, además de mayores ingresos financieros. Esto le permitió alcanzar un rendimiento bruto 43% superior al del mismo periodo del año pasado.
Por otro lado, la empresa también enfrentó un fuerte aumento en su carga fiscal. Los impuestos y derechos pagados ascendieron a 57,141 millones de pesos, un 79% más que en 2024. Sin embargo, Pemex señaló que, si se considera el EBITDA —indicador que refleja la rentabilidad operativa sin factores financieros o fiscales—, los resultados fueron positivos: este aumentó en 32,000 millones de pesos, alcanzando un margen del 31.4%, el más alto desde 2022.
En cuanto a obligaciones con proveedores, Pemex aseguró avances notables. El saldo de deuda con estos disminuyó 20% entre diciembre de 2024 y marzo de 2025, mientras que los pagos mensuales promediaron 50,000 millones de pesos. A nivel operativo, la producción diaria de hidrocarburos líquidos fue de 1.615 millones de barriles, con una refinación promedio de 936,000 barriles diarios y una producción de combustibles que alcanzó los 518,000 barriles al día.