Después de casi un mes de paralización, los trabajadores en huelga de las plantas de Pratt & Whitney en Connecticut votaron a favor de la más reciente oferta contractual de la empresa, subsidiaria de RTX. La aprobación fue respaldada por el 74% de los miembros del sindicato Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales.
La huelga, que comenzó el pasado 5 de mayo, fue desencadenada tras el rechazo inicial a una primera propuesta por parte de los cerca de 3.000 empleados afectados. Entre las principales demandas del sindicato se encontraba la garantía de mantener la producción relacionada con los motores del avión de combate F-35, fabricado por Lockheed Martin, dentro del estado.
Este paro laboral representa la primera huelga en más de dos décadas en las instalaciones de la compañía en Connecticut, donde se ensamblan motores para el F-35 y aproximadamente el 70% del motor turbofán con engranajes, utilizado en los aviones Airbus A320 neo.
Desde la empresa, un portavoz de Pratt & Whitney destacó que los resultados de la votación reflejan el compromiso continuo con sus empleados, programas y comunidades, que son clave para su desarrollo e innovación en la industria aeroespacial. Durante el paro, la empresa implementó un plan de contingencia que incluyó la reasignación temporal de ingenieros a las líneas de producción.