La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) ha manifestado su inquietud respecto a la credibilidad del banco central ante los mercados financieros. Un aspecto clave que genera esta preocupación es la persistente diferencia entre los pronósticos de inflación que emite Banxico y las proyecciones realizadas por los analistas, lo cual se considera un desafío pendiente. En las minutas de su más reciente reunión de política monetaria, divulgadas este jueves, un miembro de la Junta subrayó que esta discrepancia podría mermar la confianza de los mercados en la institución.
Durante la sesión, los integrantes de la Junta debatieron intensamente sobre el futuro de la tasa de interés de referencia. Algunos miembros propusieron mantener la cautela y condicionar la continuación del actual ritmo de recortes (de 50 puntos base) a que la inflación retome firmemente el camino hacia la meta del 3%. Asimismo, se señaló que las tensiones comerciales globales y la persistencia de la inflación subyacente podrían limitar el espacio para futuras disminuciones en la tasa, reflejando una postura prudente por parte de los responsables de la política monetaria.
Las posturas divergentes entre la Reserva Federal de Estados Unidos y Banxico también fueron tema de discusión. Otro miembro de la Junta sugirió que, si bien el ritmo actual de recortes podría continuar en junio, eventualmente será necesario adoptar un «mayor gradualismo» en los ajustes. Se destacó que la reducción del diferencial de tasas de interés con la Reserva Federal de Estados Unidos podría ser un factor determinante para modificar el ritmo de flexibilización monetaria en México. En relación con la apreciación del peso mexicano, la mayoría de la Junta coincidió en que esta se debió a un debilitamiento generalizado del dólar.
Algunos miembros también argumentaron que el trato preferencial otorgado por Estados Unidos a México en el marco del T-MEC, sumado a los sólidos fundamentos macroeconómicos del país, contribuyeron a la fortaleza de la divisa mexicana. Sin embargo, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, ya había anticipado esta semana que la debilidad de la economía estadounidense podría afectar la demanda de exportaciones mexicanas, incluso con los beneficios del T-MEC. Sobre los aranceles, un miembro del Banco de México enfatizó que, aunque no son un factor determinante en las decisiones de política monetaria, sí generan incertidumbre, y en una economía abierta como la mexicana, un aumento arancelario «puede amplificar los riesgos para la inflación, tanto al alza como a la baja».