12 de julio de 2025 6:24 pm
Cerrar / Abrir
OPINIÓN

El poder

Este poder personal lo ejercemos muchas veces al día, aunque no siempre lo notamos. Se manifiesta, por ejemplo, cuando negociamos. Y las negociaciones pueden ser tan simples como decidir qué...

Escuchar

Hoy quiero hacer una reflexión acerca del poder.
El poder es esa capacidad de hacer realidad nuestras ideas: lograr, conseguir, obtener, alcanzar o permitirnos algo. Así, podemos reconocer distintos tipos de poder: el que ejercen los dirigentes sobre la población, y también el que las personas desean alcanzar en los ámbitos económico, político, social, cultural y personal.

Tener poder es agradable. Creo que a la gran mayoría de las personas les gusta tener algún tipo de poder. Te hace sentir fuerte, influyente, capaz. Pero, como todo en la vida, también tiene un lado oscuro. El poder es adictivo: si nos gusta, podemos desear cada vez más, hasta perdernos en el afán de poseerlo a toda costa… incluso hasta enloquecer.

Existe un tipo de poder del cual no hablamos mucho y que rara vez se nos enseña: es el poder que cada uno de nosotros tiene. Me refiero al llamado poder personal.
Este poder habita en nuestro interior. Muchas veces, por inconsciencia, falta de reflexión o desconocimiento, no somos capaces de reconocer la gran fuerza que tenemos ni el potencial que podemos desarrollar en nuestra existencia.

Este poder personal lo ejercemos muchas veces al día, aunque no siempre lo notamos. Se manifiesta, por ejemplo, cuando negociamos. Y las negociaciones pueden ser tan simples como decidir qué se va a comer ese día, hasta tan complejas como las que se dan en escenarios internacionales con consecuencias para miles de personas.
Qué bien se siente cuando nuestra sugerencia o poder de convencimiento logra que se haga lo que deseamos.

Pero ¿qué pasa si no nos sentimos tan poderosos?
¿Y si somos personas tímidas, inseguras, de esas que buscan complacer a los demás para sentirse aceptadas? ¿Personas a quienes les dijeron que la felicidad radica en hacer felices a otros, que primero van los demás, porque el ser humano es egoísta por naturaleza y, si no actúas así, no llegarás al cielo?

Esta combinación puede ser letal. Bajo esas ideas, el miedo y el poder que otros ejercen sobre nosotros hacen que entreguemos nuestro propio poder. Y esto abre la puerta a que algunas personas se aprovechen, abusen de nuestra amabilidad e incluso, en ciertos casos, lleguen a nulificarnos. Nos hacen sentir inferiores, poco valiosos, y pueden dañarnos psicológica y emocionalmente.

Lo importante ahora es darnos cuenta de que ese poder es nuestro. Sin embargo, muchas veces estamos dispuestos a entregarlo.
Suena increíble: entregar a los demás esa fuerza que nos protege de los abusos externos, que nos hace responsables de nuestras decisiones, y que —mal canalizada— puede concederle a otros poder sobre nosotros y sobre nuestras vidas.
Aun así, lo hacemos… porque no creemos en la fuerza que tenemos dentro.

De ahí que sea fundamental conocernos a nosotros mismos, valorar nuestras cualidades y aprender a comprender, aceptar y transformar nuestras sombras. Eso también es querernos. Eso también es crecer.
Esa fuerza interior es la que nos impulsa a lograr nuestros sueños y nos da independencia frente a los demás.

Por eso es tan importante que te preguntes:
¿A quién le entregarías tu poder?
¿Se lo darías a alguien que se aprovecha de ti, que abusa, que solo te usa para lograr sus objetivos, que miente o te destruye?
¿O lo dosificarías y entregarías solo a alguien que te apoya, que te impulsa a crecer, que se compromete con tu bienestar y con el de todos?

¿Ya viste cuán importante es tu poder personal? ¿Ya notaste que también tú puedes tener influencia sobre los deseos y decisiones de otras personas?
Por eso es esencial que seas consciente de cómo lo usas, a quién se lo das, y a quién apoyas con él. Todos podemos ser ángeles que actúan con buena fe y voluntad… o podemos convertirnos en verdugos que apagan los sueños ajenos.

Todos podemos ser víctimas o victimarios.
Elijamos ser luz: para nosotros mismos y para los demás. Solo así podremos construir una sociedad más libre, respetuosa y profundamente humana.

Todo el contenido de El Comentario del Día en la palma de tu mano. Suscríbete a nuestros canales de difusión: WhatsApp | Telegram

Compartir en:

Twitter
Facebook
LinkedIn
Telegram
WhatsApp
Email

Más Columnas de opinión

PUBLICIDAD

Noticias de interés

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *