13 de junio de 2025 4:34 pm
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OPINIÓN

La agenda de la cumbre de Kananaskis

Los ministros de comercio del G7 acordaron por su parte una agenda de trabajo para este año en la reunión de la OCDE de la semana pasada en París. Incluye el compromiso con el sistema comercial basado en reglas...

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Luego de la poca seriedad con que el gobierno mexicano manejó las intervenciones del expresidente López Obrador en el extranjero, ignorando los temas de la agenda para hablar sobre los programas sociales de la 4T, y de la indiferencia y aparente falta de interés del gobierno de la presidenta Sheinbaum a la invitación de Canadá para asistir a la Cumbre del G7 este domingo, y del muy bajo perfil que decidió asumir en la reunión del G-20 en Brasil, es una incógnita la actitud que la mandataria pueda asumir en el foro económico más importante en el mundo y al que asistirán 15 de las 20 economías más importantes.

La reunión que estará presidida por el primer ministro Mark Carney, iniciará el domingo con una sesión de bienvenida a la que están convocados tanto los miembros del organismo – Alemania, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y la Unión Europea – como todos los invitados especiales: Arabia Saudita, Australia, Brasil, Corea del Sur, India, México, Sudáfrica y Ucrania. Posteriormente, el lunes habrá tiempo para reuniones bilaterales y de los países miembros y el martes concluirá la cumbre con otra sesión plenaria para acordar la agenda del año. Hasta este miércoles, Canadá, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Australia habían solicitado reuniones bilaterales con Sheinbaum, quien se espera tenga una reunión trilateral con Trump y Carney para acordar los detalles del proceso de renegociación del TMEC.

Esta vez se ha decidido que no habrá un comunicado conjunto al final de la reunión para evitar el desgaste que ocasionó Trump durante su primer periodo de gobierno y que se tradujo en fuertes desencuentros. En las dos reuniones preparatorias a la cumbre, la de cancilleres en marzo y la de secretarios de finanzas y directores generales de los bancos centrales en mayo, se logró consensar en cada un comunicado final, pero sólo después de largas negociaciones con Estados Unidos.

Canadá dio a conocer sus tres prioridades para la reunión: la protección de las comunidades alrededor del mundo, por medio del fortalecimiento de la paz y la seguridad; la generación de un sistema que promueva la seguridad energética y acelere la transición digital, fortaleciendo la cadena de suministro de los minerales críticos; y asegurar la cooperación hacia un futuro que se ve retador.

Los ministros de comercio del G7 acordaron por su parte una agenda de trabajo para este año en la reunión de la OCDE de la semana pasada en París. Incluye el compromiso con el sistema comercial basado en reglas y los principios que lo sustentan; generar mercados abiertos y estables que propicien la previsibilidad, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas que son sujetas a los efectos de la incertidumbre; y la necesidad de atender los impactos de las políticas y prácticas que no son de mercado tanto en los trabajadores, como en las empresas y en las economías.

Sheinbaum enfrentará varios retos en esta reunión. Uno de ellos será explicar las bondades del Plan México y las ventajas de invertir en el país cuando su gobierno ha avalado la desaparición de las agencias reguladoras independientes y ha permitido que continúe la reforma judicial, sin ningún obstáculo. El gobierno mexicano tendrá que explicar la congruencia entre los principios políticos de Morena con el buen funcionamiento del mercado, cuando ha establecido que el mercado nunca puede estar por encima del estado.

Sin embargo, la cumbre de Kananaskis le ofrece a Sheinbaum una oportunidad única para promover el Plan México pues la mayoría de los asistentes cuentan con TLC con México, pero la relación comercial con todos, excepto Estados Unidos, no ha crecido tanto como podría hacerlo. México deberá tener en consideración que en este ocasión estará compitiendo por atraer nuevas inversiones sobre todo con Estados Unidos, que es la principal fuente de inversiones extranjeras en el país, pero el gobierno de Trump empieza a amenazar a diversas empresas si continúan invirtiendo en el extranjero en lugar de hacerlo en su país.

Pero la reunión con Carney y Trump será por mucho la más importante porque de ahí se acordará la modalidad y los tiempos de la renegociación del TMEC. Ello permitirá generar expectativas que ayuden a contrarrestar la incertidumbre generada por los aranceles de Estados Unidos y promover las decisiones de producción e inversión al menos en América del Norte. Las cifras de producción, inversión y empleo del primer semestre no son alentadoras, menos para un gobierno que inicia.

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