En Nairobi, la capital de Kenia, grupos de ciudadanos salieron hoy a las calles para conmemorar el primer aniversario de las protestas antigubernamentales que en junio de 2024 culminaron con el asalto al Parlamento y la muerte de decenas de personas. Los manifestantes recorrieron avenidas principales portando pancartas que demandan justicia y esclarecimiento de los hechos, mientras se enfrentaban brevemente con la policía, que respondió con gas lacrimógeno y medidas de dispersión.
Simultáneamente, en ciudades como Mombasa y Nakuru, marchas pacíficas avanzaron sin incidentes mayores, con ciudadanos que recordaron la muerte del bloguero Albert Ojwang, fallecido bajo custodia policial hace unos meses, y exigen que los responsables sean procesados. Organizaciones de derechos humanos han criticado la impunidad en torno a las muertes y detenciones arbitrarias ocurridas durante esas manifestaciones originales.
Las autoridades, por su parte, prometieron investigar cualquier abuso de poder cometido por agentes de seguridad durante las protestas, aunque rechazaron que hubiera orden de reprimir las manifestaciones. El gobierno keniano anunció la apertura de un canal institucional para revisar las quejas, mientras simpatizantes oficiales señalan que las medidas de control fueron necesarias para restablecer el orden público y proteger edificios gubernamentales.
La jornada de hoy ha captado la atención internacional, con embajadas occidentales instando al diálogo y la moderación. A pesar de la advertencia de posibles disturbios por parte de grupos contrarios a las movilizaciones, la mayoría de los participantes mantuvo un tono pacífico, centrado en la memoria de las víctimas y en la defensa de reformas políticas que eviten repetir episodios de violencia estatal y social.