Celia Maya, con más de 40 años de carrera en la impartición de justicia, resultó electa el 1 de junio para encabezar el recientemente creado Tribunal de Disciplina del Poder Judicial, que sustituye al Consejo de la Judicatura pero mantiene las mismas facultades de supervisión y sanción.
La nueva presidenta ha anunciado que recorrerá todos los tribunales del país para “supervisar de cerca” el desempeño de jueces y magistrados, con el objetivo de que los ciudadanos perciban cambios tangibles en la impartición de justicia.
Maya defendió el uso de los llamados “acordeones” (volantes electorales) durante la campaña, argumentando que fueron herramientas libremente elegidas por los votantes y no menoscaban la legitimidad del proceso.
Aunque las sanciones contempladas —desde amonestaciones hasta inhabilitaciones— permanecen intactas, Maya enfatiza que la diferencia radica en la “voluntad política” para aplicarlas con rigor, prometiendo transparencia y rapidez en los procedimientos disciplinarios.