Tras doce días de enfrentamientos con Israel, Irán decidió suspender su cooperación con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), lo que encendió las alarmas en la comunidad internacional. La medida, aprobada por el Parlamento iraní y ratificada por el nuevo presidente Masud Pezeshkian, se considera una respuesta directa a los recientes ataques a sus instalaciones nucleares y a las acusaciones del organismo sobre supuestos incumplimientos.
El portavoz de la ONU calificó la decisión como “obviamente preocupante”, mientras que Estados Unidos la tildó de “inaceptable” y señaló que Irán aún tiene la oportunidad de elegir un camino de paz. Israel, por su parte, instó a la comunidad internacional a frenar el programa nuclear iraní, pidiendo a potencias europeas como Alemania, Francia y Reino Unido que reimpongan sanciones.
Irán ha acusado al OIEA de guardar silencio ante los ataques israelíes y estadounidenses, afirmando que la resolución del organismo del 12 de junio, que denunciaba su falta de cooperación, sirvió como justificación para los bombardeos. Teherán también rechazó la solicitud del director del OIEA, Rafael Grossi, para inspeccionar las instalaciones afectadas.
El conflicto dejó más de 900 muertos en Irán y 28 en Israel. Aunque Washington afirmó haber destruido por completo las plantas de Fordo, Isfahán y Natanz, los daños aún no han sido verificados. En medio de tensiones crecientes, el diario iraní Kayhan incluso acusó a Grossi de espionaje, señal de un clima cada vez más hostil entre Irán y los organismos internacionales.