La reciente ola de manifestaciones violentas en la alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, dejó daños considerables en varios restaurantes y bares de zonas como la Condesa, Roma y Doctores. Según Jack Sourasky, presidente de Canirac CDMX, estos actos no solo deterioran infraestructura y mobiliario, sino que alimentan un ambiente de incertidumbre que frena el interés de inversionistas en un sector aún en recuperación post‑pandemia.
Los destrozos registrados el 4 de julio golpearon a propietarios, empleados, trabajadores y turistas, lo que, advierte Sourasky, pudiera socavar la imagen de la ciudad justo cuando ésta se prepara para recibir un creciente flujo de visitantes nacionales e internacionales, especialmente con la vista puesta en el Mundial 2026. Además, señala que aunque la protesta pacífica es legítima, la infiltración de grupos violentos ha escalado el vandalismo, exacerbando la desconfianza en la capacidad de las autoridades locales para proteger el patrimonio público y comercial .
La Canirac reclama una actuación preventiva e investigaciones eficaces contra responsables, además de exigir mecanismos claros de respaldo para acelerar la recuperación y evitar que los empresarios desvíen inversión hacia otros destinos. El sector restaurantero, que genera empleo para decenas de miles, requiere certeza jurídica y protección para consolidar su recuperación.
En el contexto económico actual, donde la inversión privada y el turismo pueden impulsar la reactivación urbana, este tipo de episodios representan un obstáculo significativo. La solución, coinciden analistas, debería combinar vigilancia efectiva, reparación rápida de los daños y un diálogo integral con los sectores afectados para restaurar la confianza e incentivar la inversión.