Durante una conferencia de prensa para informar sobre las recientes incautaciones de drogas, la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, hizo fuertes declaraciones al vincular la migración ilegal con el accionar de los cárteles de la droga. Según la funcionaria, algunos migrantes estarían desempeñando funciones clave para estas organizaciones criminales dentro del territorio estadounidense.
Bondi explicó que, desde enero, la DEA ha decomisado más de 44 millones de pastillas de fentanilo, 2,000 kilos del mismo en polvo y más de 29,000 kilos de metanfetamina. En este contexto, aseguró que los migrantes sin papeles «en muchos casos están haciendo el trabajo de los cárteles en nuestras comunidades», refiriéndose a su implicación en el transporte y distribución de sustancias ilegales.
La fiscal compartió ejemplos concretos, como el caso de un migrante detenido mientras viajaba en un camión con más de 300 kilos de metanfetamina, o un cargamento oculto entre pepinos que contenía droga. Asimismo, alertó sobre la amenaza creciente del carfentanilo, un opioide extremadamente potente, cuyo uso veterinario en animales grandes lo convierte en una sustancia letal en pequeñas dosis.
Por su parte, el director interino de la DEA, Robert Murphy, destacó la preocupación por el uso de pastillas que imitan medicamentos legítimos, y advirtió que los cárteles están apuntando a públicos vulnerables como estudiantes universitarios. La administración del presidente Donald Trump, que ha intensificado su lucha contra la migración ilegal y el tráfico de drogas, sostiene que México no ha hecho lo suficiente para frenar el contrabando de fentanilo hacia EE. UU., una droga que en 2024 causó cerca de 50,000 muertes por sobredosis en el país.
