El gobierno británico impuso este lunes un nuevo conjunto de sanciones dirigido al sector energético y petrolero de Rusia, con el objetivo de debilitar su capacidad económica en medio del conflicto con Ucrania. Esta decisión se da tras la reducción del precio máximo permitido para el crudo ruso, el cual ahora queda en 47.60 dólares por barril, representando una caída del 20.6% respecto al límite anterior de 60 dólares.
Estas medidas afectan directamente a 135 embarcaciones acusadas de transportar ilegalmente petróleo ruso por un valor estimado en 24 mil millones de dólares desde inicios de 2024. Además, dos empresas fueron sancionadas: Intershipping Services LLC, encargada de registrar los buques bajo bandera de Gabón, y Litasco Middle East DMCC, asociada con la petrolera rusa Lukoil.
David Lammy, ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, afirmó que las sanciones buscan «desmantelar la flota paralela de Putin» y cortar una fuente clave de ingresos para el Kremlin. Según Lammy, estas acciones forman parte de una estrategia más amplia para frenar la maquinaria bélica rusa.
El canciller británico también subrayó que mientras el presidente ruso, Vladímir Putin, siga bloqueando avances hacia una paz real, el Reino Unido no cesará en aumentar la presión económica. «Seguiremos utilizando nuestro régimen de sanciones con toda su fuerza para respaldar a Ucrania», concluyó.