Pablo González, director general de Kimberly‑Clark México, advirtió este 22 de julio que las ventas del país no muestran recuperación próxima: “El consumo sigue débil… no vemos grandes catalizadores” . La compañía observó que los inventarios elevados entre distribuidores han reducido los pedidos, lo que impacta directamente su cadena de suministro y refleja una confianza retraída en los sectores hotelero y restaurantero, especialmente fuera de Ciudad de México y en destinos turísticos.
Los datos del segundo trimestre muestran que las ventas netas se mantuvieron en 14,070 millones de pesos, casi iguales a las del mismo periodo de 2024 . Además, el segmento “Away from Home” —hoteles, restaurantes, escuelas y hospitales— registró una caída significativa, sin compensación suficiente por otros rubros.
Análisis complementario del sitio Columnadigital destaca la persistencia de un panorama económico desafiante, con escasas señales de reactivación del consumo interno. Este entorno obliga a las empresas de consumo masivo a ajustar estrategias: recortar márgenes, diversificar portafolios con innovaciones y lanzar productos a precios más bajos, buscando captar a los consumidores sensibles al costo.
Aunque Empresas como Kimberly‑Clark reportan programas de ahorro y mantienen la participación en el mercado, la presión en márgenes y la falta de impulso en el consumo podrían limitar el crecimiento hacia finales del año. Más que un efecto pasajero, se trata del reflejo de una economía estancada, con consecuencias en empleo y confianza ciudadana.
A futuro, la reactivación dependerá de factores macroeconómicos: control de inflación, estímulo al empleo y consumo, así como políticas fiscales que incentiven el gasto privado. De no actuar con rapidez, el bajo dinamismo podría prolongarse y representar un lastre para la recuperación.