Coca-Cola Femsa anunció una reestructuración estratégica en su portafolio de productos en México, debido a una disminución en el consumo de bebidas azucaradas y una baja en el envío de remesas, factores que han impactado directamente en el poder adquisitivo de millones de hogares. La compañía implementará cambios en precios y tamaños de envase con el objetivo de adaptarse a un entorno económico más complejo.
Durante una llamada con inversionistas, directivos de Coca-Cola señalaron que han observado una contracción en la demanda en diversas regiones del país, en particular en zonas que dependen del flujo constante de remesas desde Estados Unidos. En respuesta, se pondrán en marcha pruebas con nuevos formatos de presentación, ajustes de precios y promociones más agresivas para mantener la competitividad de la marca.
Además, la firma buscará mejorar su eficiencia operativa, priorizando productos con mayor rotación y rentabilidad. Estos movimientos forman parte de una estrategia regional que también se ha aplicado en otros mercados latinoamericanos que enfrentan condiciones económicas similares.
Aunque los ajustes pueden parecer menores, reflejan una tendencia más amplia en el sector de consumo: la necesidad de reconfigurar la oferta ante un entorno en el que los hábitos del consumidor cambian rápidamente, y en el que el crecimiento económico no es suficiente para sostener el consumo masivo tradicional.
Expertos en economía advierten que, si bien estas decisiones pueden aliviar la presión de corto plazo sobre las ventas, también evidencian un debilitamiento del mercado interno mexicano.