En medio de tensiones crecientes entre Brasil y Estados Unidos, el vicepresidente brasileño Geraldo Alckmin declaró que su gobierno está firmemente comprometido en encontrar una solución ante los nuevos aranceles del 50% anunciados por la administración del expresidente Donald Trump. El anuncio, hecho a principios de julio, ha causado un fuerte desencuentro diplomático, estancando aún más las negociaciones comerciales entre ambos países.
Alckmin, quien también encabeza la cartera de Comercio, informó que sostuvo recientemente una extensa conversación con el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick. Durante el encuentro, Brasil reiteró su interés en resolver el conflicto de forma pacífica y enfatizó que nunca se ha retirado de la mesa de diálogo. “No creamos este problema, pero queremos resolverlo”, declaró el vicepresidente.
La imposición de aranceles ha sido interpretada por Trump como una respuesta a lo que él considera una «caza de brujas» contra su aliado político, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, actualmente enjuiciado por su presunto intento de subvertir el orden constitucional. Esta narrativa fue rechazada de manera contundente por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien calificó la actitud de Trump como “un chantaje inaceptable” y criticó su falta de disposición para el diálogo.
El recargo del 50% a las exportaciones brasileñas entrará en vigor el 1º de agosto. Por su parte, Lula ha ordenado mantener la diplomacia alejada de disputas políticas. Como parte de los esfuerzos por encontrar una salida, una delegación de senadores brasileños viajará esta semana a Washington. Además, el gobierno brasileño reveló que envió en mayo una propuesta confidencial a EE.UU. para avanzar en áreas clave de negociación, pero aún no ha recibido respuesta oficial.