En un nuevo paso dentro de su política migratoria restrictiva, el gobierno de Estados Unidos firmó un acuerdo con Ruanda para que este país africano reciba a migrantes deportados del territorio estadounidense. Según informaron autoridades ruandesas a la agencia Reuters, el convenio contempla el reasentamiento de hasta 250 personas, y fue sellado en junio en Kigali, capital de Ruanda.
El gobierno ruandés, a través de su portavoz Yolande Makolo, detalló que cada caso será evaluado individualmente antes de aprobarse su reubicación. Las personas aceptadas recibirán formación laboral, asistencia médica y apoyo para el alojamiento con el objetivo de facilitar su adaptación y nuevas oportunidades de vida en Ruanda.
Aunque ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado han emitido comentarios oficiales, esta acción forma parte de la estrategia del presidente Donald Trump para endurecer su política migratoria, incluyendo la deportación de personas con antecedentes penales a terceros países. La administración ha buscado acuerdos similares con otras naciones como Sudán del Sur y Eswatini, incrementando así la presión sobre países dispuestos a recibir migrantes expulsados.
Ruanda, por su parte, ya había participado en negociaciones con Estados Unidos desde mayo para formalizar este tipo de convenios. Si bien el país se ha ofrecido como destino para personas deportadas por otras naciones occidentales, organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado preocupación sobre las condiciones que enfrentarían los migrantes en territorio ruandés, alegando que existen fallas en la protección de garantías fundamentales.
El contexto legal de estas deportaciones también ha generado controversia. Aunque la Corte Suprema de EE. UU. autorizó en junio el envío de migrantes a terceros países sin permitirles demostrar posibles riesgos, el tema continúa bajo revisión judicial en una corte federal en Boston, lo que podría llevar eventualmente a una nueva resolución del máximo tribunal del país.