La INA declaró que la estrategia arancelaria impulsada por la Secretaría de Economía se alinea con sus objetivos: reducir el “acoplamiento” productivo con China y fortalecer la integración con el mercado de Norteamérica. Según la propuesta contenida en el Paquete Económico 2026, el gobierno mexicano pretende aplicar el arancel máximo permitido por la Organización Mundial del Comercio (OMC) a 1 463 fracciones arancelarias de 17 sectores clave provenientes de países sin tratado comercial con México, entre ellos China.
De acuerdo con el presidente de la INA, Francisco González, el objetivo es claro: “desacoplarse” de China y “acoplarse” más al corredor Norteamericano, “en concordancia con la posición de Estados Unidos”. Además, la medida se justifica como parte de una estrategia para revertir el crecimiento acelerado del déficit comercial mexicano frente a Asia, que aumentó 83 % entre 2020 y 2024.
Sin embargo, desde una perspectiva crítica cabe señalar dos riesgos. Primero, que imponer aranceles sin distinguir entre piezas esenciales y componentes susceptibles de sustitución regional puede generar disrupciones en la cadena automotriz nacional, tal como advierte la INA respecto de autopartes que actualmente aún no tienen producción local. Segundo, si bien la demanda de una mayor “regionalización” productiva es legítima, la dependencia de exportaciones hacia Estados Unidos también conlleva exposición a decisiones políticas y comerciales de ese país, lo que podría trasladar la vulnerabilidad en lugar de eliminarla.
