La llegada de la BYD ATTO 8 al mercado mexicano marca una apuesta fuerte de la marca china por redefinir el segmento de SUV familiares premium. Con una potencia declarada de 480 caballos gracias a la combinación de un motor de combustión de 1.5 litros turbo y dos impulsos eléctricos, este modelo promete acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4.9 segundos, una cifra que hasta hace poco estaba reservada para deportivos.
La autonomía también llama poderosamente la atención: hasta 150 km en modo totalmente eléctrico y un rango combinado —gasolina más batería— de hasta 1 030 km según los datos oficiales mexicanos. En materia de confort y tecnología, incluye pantalla giratoria de 15.6 pulgadas, sistema de audio de 21 bocinas, asientos con calefacción, ventilación y masaje, y espacio para siete pasajeros, lo cual eleva el nivel en su categoría.
Sin embargo, desde una mirada crítica conviene preguntarse si BYD podrá respaldar esa ficha técnica con una red de servicio sólida en México y si ese precio —1.199.800 pesos para una única versión— será competitivo frente a marcas consolidadas que ofrecen confianza en reventa y cobertura de posventa. De igual forma, aunque la propuesta técnica es contundente, el consumidor tendrá que valorar si prioriza rendimiento extremo o la madurez de la marca en el mercado.







