Las empresas Uber y Lyft plantean que están en una etapa de “evolución gradual” hacia flotas de vehículos autónomos. El jefe de operaciones de Uber, Andrew McDonald, afirmó que la fabricación de autos autónomos más seguros que los conducidos por humanos “está casi resuelta en gran medida”. Por su parte, el CEO de Lyft, David Risher, señaló que si en cinco años los vehículos autónomos representan apenas el 10 % del negocio, sería considerado un éxito enorme.
Ambas compañías reconocen que aún faltan barreras importantes: la infraestructura, el desarrollo regulatorio y la preferencia de los usuarios por interacción humana ralentizan el cambio. Además, ya están forjando alianzas y pilotos: Uber trabaja con Waymo en ciudades de EE.UU. y con empresas como WeRide en Emiratos, mientras que Lyft ha unido fuerzas con Mobileye, entre otros actores, para desplegar pruebas en Europa y EE.UU.
- Aunque la fabricación de vehículos autónomos parece avanzada, el camino hacia la comercialización masiva sigue complejo y costoso. El hecho de que Lyft vea un 10 % del negocio como “éxito” revela lo incipiente que aún es el cambio.
- La coexistencia del modelo tradicional (con conductores humanos) y el autónomo implica retos laborables, regulatorios y de percepción pública que podrían limitar la velocidad de adopción.
- Para los mercados latinoamericanos, incluyendo México, esto significa que si bien el futuro autónomo se perfila, la transición será paulatina: la infraestructura, la normativa nacional y el hábito de consumo son factores que pueden frenar el despliegue.






