La selección mexicana Sub-17 quedó fuera del Mundial tras una goleada 5-0 ante Portugal, en un partido marcado por errores individuales y decisiones que desmoronaron al equipo desde el inicio. Al minuto 15, un penal provocado por José Navarro abrió el marcador para los portugueses y cambió por completo el ritmo del encuentro. Antes del descanso, el mismo jugador fue expulsado tras un supuesto codazo, dejando a México con diez hombres.
A pesar de la inferioridad, el equipo mostró orgullo en los primeros minutos del segundo tiempo, presionando con ímpetu pero sin precisión. Portugal aprovechó cada desatención. Anísio Cabral, goleador del torneo, marcó el segundo y a partir de ahí México se desfondó. Para el minuto 81, tres goles en cinco minutos terminaron de sepultar cualquier esperanza.
La eliminación resulta especialmente amarga porque México venía de sorprender al eliminar a Argentina en dieciseisavos, lo que generó expectativas renovadas. Pero las expulsiones, la falta de claridad ofensiva y la superioridad técnica de Portugal exhibieron las debilidades estructurales del combinado nacional.
Peor aún fue el cierre, cuando Santi López —héroe del partido anterior— también fue expulsado en una jugada infantil. La goleada es un golpe que obliga a replantear procesos y formación juvenil.







